Leon Trotsky

DECRETO N° 217

Por el presidente del Consejo de guerra Revolucionario de la Republica a las Tropas de los frentes occidentales y sur este, el 10 de mayo de 1920, No 217, Gomel

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Para ser leído en todas las compañías, escuadrones, baterías y fuerzas especiales

¡Tengan piedad de los prisioneros y de los heridos!

Desde diversas partes del frente occidental y sur este llegan informes de la desatención, de las atrocidades cometidas por parte de las guardias blancas polacas en los soldados del Ejercito Rojo heridos y prisioneros. Están torturando, golpeando, fusilando y ahorcando. Es innecesario decir, lo de la matanza de los nobles verdugos de todos los comunistas quienes caen en sus manos. Pero es igual el destino que sucede de los a partidistas del Ejercito Rojo también. Además, los soldados del Ejercito Rojo quienes están heridos y enfermos no sobreviven siendo capturados por los agresores deshonroso.

Este hecho es la chispa que prende en la pradera y de deseos de venganza en nuestros corazones de todo guerrero en el Ejercito Rojo. Tal venganza es justicia. Pero debemos dirigir nuestros deseos de venganza a aquellos quienes son responsables realmente por atacar infamemente y por la brutal atrocidad, el gobierno de Pilsudski, a la nobleza polaca y a la burguesía polaca. Podría ser, sin embargo, ser malo e indigno de los combatientes revolucionarios de tomar venganza sobre prisioneros polacos. Por el contrario, el Ejercito Rojo demostrara generosidad hacia los capturados y heridos del bando enemigo.

Un Legionario polaco, sea obrero o campesino, se le explicara la criminalidad de sus clases dominantes. Iluminaremos sus ideas y haremos de él nuestro mejor amigo y simpatizante, como lo hicimos con los alemanes, austriacos, húngaros, kolchakistas, denikinistas y otros priosioneros de guerra.

La nobleza polaca conoce que un soldado honorable es su mortal e irreconciliable enemigo. Que es esto causa suficiente para la masacre de nuestros soldados, aun cuando son tomados prisioneros.

Sabemos que el campesino u obrero polaco se mira como nuestro enemigo solo por ignorancia y por que su dominio político lo engaña. Cuando estos enemigos son faltos de consciencia llegan a ser nuestros enemigos, lo transformaremos en nuestro amigo con cosciencia de clase.

Nuestra venganza por nuestros hermanos quienes han sido fusilados, horcados y torturado en cautiverio debe encontrar expresión en una ofensiva valiente y abnegada sobre las Guardias Blancas de Polonia.