Buró de Información del Movimiento Revolucionario Internacionalista

 

Sobre la muerte del camarada Wilberto Ventura

 

 


Redactado: Mediados de 2000 por el Buró de Información del Movimiento Revolucionario Internacionalista.
Traducción del texto: Periódico Obrero Revolucionario, órgano del Partido Comunista Revolucionario de los Estados Unidos.
Esta edición: Marxists.org, mayo 2019.


 

 

 

Obrero Revolucionario #1073, 8 de octubre, 2000

El 29 de mayo, tras una larga enfermedad, murió el camarada Wilberto Ventura, "Moreno", un importante dirigente marxista-leninista-maoísta de la República Dominicana. En junio, en la República Dominicana, se celebró la vida y se lamentó la muerte del camarada Ventura. Bajo estandartes de "¡Viva el marxismo-leninismo-maoísmo!" y "Gloria eterna al camarada Wilberto Ventura", compañeros de más de 30 años de lucha relataron, con gran pasión, sus aportes revolucionarios. También estuvieron presentes estudiantes y representantes de la nueva generación de activistas. El mensaje del Partido Comunista Revolucionario,EU, a la conmemoración dice: "Ahora la muerte se ha llevado a nuestro camarada, con su misión sin terminar. Para toda persona que quiere la liberación para el pueblo, su vida y muerte se presentan como un desafío a unirse o a elevar la lucha para forjar una vanguardia maoísta para la revolución dominicana; la mejor manera de rendirle honor es cumplir este trabajo. Confiamos que muchos responderán a tal desafío".

Declaración del Buró de Información del Movimiento Revolucionario Internacionalista sobre Wilberto Ventura:

 

Nos acaba de llegar la noticia del fallecimiento del camarada Wilberto Ventura ("Moreno") en mayo. Moreno desempeñó un importante papel en la difusión del maoísmo en la República Dominicana y en la ligazón de su lucha con el movimiento comunista internacional. Fue profundamente estimado por muchos, por masas que a su vez exigían mucho de él, y luchó hasta el último suspiro por ser fiel a su compromiso con las masas, a pesar de serios problemas de salud.

Como miles de proletarios y otros dominicanos de su generación, Wilberto Ventura se inició en la vida política en abril de 1965, cuando se dio ese glorioso momento de efervescencia política y levantamientos urbanos en que el pueblo, armado por un sector de las fuerzas armadas, tumbó a una de las más sangrientas, duraderas y temidas dictaduras de Estados Unidos en Latinoamérica. Pero enseguida Estados Unidos invadió para reinstituir su dictadura. Durante esas jornadas, proletarios de fábricas y pobres de los tugurios se reunieron en el puente Duarte, entre la ciudad capital y el puerto donde desembarcaban los soldados estadounidenses. Se organizaron como pudieron para hacer frente y librar encarnizadas batallas con los Marines. La importancia de lo que hicieron repercute hasta hoy día. El camarada Ventura fue uno de los muchos jóvenes que pusieron en juego la vida e hicieron todo lo que pudieron para dirigir y transformar el levantamiento en una revolución consecuente, como parte de la lucha y guerra común que se libraba en ese entonces contra el imperialismo en Vietnam y el resto del mundo.

Los problemas que surgieron en esos días sumamente difíciles son los mismos con los que Moreno bregó durante décadas, y que siguen confrontando al movimiento revolucionario dominicano: ¿Quién es capaz de dirigir la revolución? Si bien ciertas fuerzas burguesas atizaron la rebelión, demostraron su incapacidad de llevarla adelante y terminaron traicionándola. ¿Cómo puede el proletariado, una fuerza relativamente pequeña en una sociedad agrícola, evitar que otras clases se aprovechen de su lucha, y dirigir a las masas amplias a la revolución, derrotar a un gobierno respaldado por una superpotencia y construir una sociedad distinta?

De joven, el camarada Ventura militó en el Movimiento Popular Dominicano (MPD) y fue uno de sus líderes. En esos días el gobierno arrestaba en masa a los militantes del MPD y los asesinaba en la ciudad, el campo y en el extranjero; los torturaba en las mazmorras de los fuertes españoles, símbolos de que el país sigue bajo el dominio colonial y semicolonial. Al camarada Ventura lo hirieron de bala en el curso de sus tareas con las masas, y tenía esa vida contradictoria de quien es ampliamente conocido, pero tiene que hacer su trabajo en la clandestinidad. Más que valentía, tenía la resolución de resolver el problema de cómo hacer la revolución en ese país. El MPD se formó como rechazo al viejo revisionismo, que en la República Dominicana predicaba la participación en las elecciones y, al mismo tiempo, ansiaba establecer lazos secretos con un sector de la clase dominante. El camarada Ventura se asoció con los sectores del MPD que también rechazaban el igualmente revisionista modelo cubano de establecer "focos" guerrilleros, que en última instancia no podían ni querían derrotar y desarmar las fuerzas armadas enemigas por medio de la guerra. De hecho, rechazaron el modelo que representaban Fidel Castro y el Che Guevara. Como dijo el camarada, ese camino hubiera llevado a convertir a la República Dominicana en un cañaveral dominado por la Unión Soviética, en vez de dominado por Estados Unidos. Estos camaradas le dieron la bienvenida a Mao Tsetung y a la Gran Revolución Cultural Proletaria de China porque lo que querían no era compartir el poder reaccionario sino una revolución social consecuente.

En 1979, el movimiento comunista internacional enfrentaba una grave crisis, como resultado del golpe de estado reaccionario en China tras la muerte de Mao Tsetung y los ataques de Enver Hoxha contra las enseñanzas de Mao Tsetung. Un sector del MPD tomó la posición de Hoxha y atacó el maoísmo. Luego, aprovechando una "apertura democrática" dirigida por Estados Unidos, abandonó la herencia revolucionaria del MPD y se constituyó en partido de oposición autorizada. El camarada Ventura y otros lo denunciaron y lucharon para rescatar el honor y los elementos revolucionarios del MPD, y profundizaron su comprensión del marxismo-leninismo-maoísmo para seguir adelante, estudiando y trabajando con las masas, "solos y rodeados de los cañones de los revisionistas"--como describiría la situación en que muchos desertaban de las filas revolucionarias--para fundar la Unión Comunista Revolucionaria (UCR), tarea en la que desempeñó un papel central. El camarada Ventura tomó la iniciativa para establecer contacto con los maoístas del mundo y participó en estudio y debate con ellos. En 1984, representó a la UCR en la Conferencia Fundadora del Movimiento Revolucionario Internacionalista.

En los años 80, la UCR contribuyó a difundir, con publicaciones y acciones, la línea del MRI y el maoísmo. Una parte importante de eso fue el apoyo que movilizó para la guerra popular en Perú, que ha tenido importancia particular para la República Dominicana. La UCR también se destacó por su lucha contra el chovinismo antihaitiano que ha caracterizado a los movimientos reaccionarios y reformistas, y por recalcar los lazos inexorables que une a la revolución en ambos lados de la isla. La UCR emprendió una larga lucha para forjar un programa que aplique la estrategia de guerra popular prolongada a las condiciones concretas, que movilice a las masas populares del campo para ir construyendo, poco a poco, el poder militar y político, en vez de lanzar una insurrección urbana que no resistiría por mucho tiempo ante una invasión yanqui. Debido a que la UCR no pudo resolver ese problema, no pudo avanzar mucho en la práctica y se le hizo cada vez más difícil reunir a todos los que se pueden unir para fundar el auténtico partido comunista que muchos esperaban que construyera. En 1991, la UCR concluyó "que no era posible seguir funcionando política ni ideológicamente con respecto a sus tareas a nivel nacional. La UCR tiene muchos problemas y nosotros no estamos en condiciones para buscar una salida de este grave impase. En vez de seguir de esta manera, sería mejor aclarar la situación, criticar nuestras ideas políticas e ideológicas para comprender lo incorrecto y descubrir las causas de esta derrota temporal y luego tomar las medidas correctas necesarias, siguiendo la enseñanza de Mao de `tratar la enfermedad para salvar al paciente'".

El camarada Ventura no aprovechó ese revés para claudicar y vender la revolución. Siguió participando en discusiones y lucha a partir del marxismo-leninismo-maoísmo. Apoyó al MRI y su trabajo, como por ejemplo, la defensa de la vida del Presidente Gonzalo del Partido Comunista del Perú. Se opuso enérgicamente a la Línea Oportunista de Derecha que busca un pacto con el gobierno de Perú, similar al que él criticó en la República Dominicana. La guerra popular de Nepal lo entusiasmó mucho. Aunque estaba enfermo y tenía otros obstáculos, participó en la campaña del centenario de Mao Tsetung. Por ese entonces el maoísmo volvió a repercutir en la juventud revolucionaria y él procuró preparar sucesores. Más que nada, recalcaba que sin maoísmo y sin un partido vanguardia la revolución en la República Dominicana fracasaría. "Sigo defendiendo y trabajando por los más excelsos intereses del proletariado y, hoy más que nunca, sigo convencido de los principios invencibles del comunismo revolucionario, el marxismo-leninismo-maoísmo", escribió en una carta cuando preparaba su regreso a la República Dominicana a fines de la década pasada, tras varios años de trabajo revolucionario en Nueva York.

La República Dominicana ha cambiado mucho desde abril de 1965 pero hoy está más dominada por Estados Unidos que nunca. "!Yanqui Go Home!" sigue reverberando en las calles de Santo Domingo. La sangre del camarada Ventura latía con la energía revolucionaria del pueblo dominicano, que el imperialismo jamás ha podido extinguir. Indudablemente otros camaradas llevarán a término su misión: trazar el camino de la revolución y construir la vanguardia maoísta de la República Dominicana; hacer un balance de la experiencia de ese país y del mundo entero como parte del Movimiento Revolucionario Internacionalista y asumir su lugar en las filas de la lucha por el comunismo, la sociedad mundial sin clases, la meta que él tanto valoró y jamás traicionó.

 

Buró de Información del Movimiento Revolucionario Internacionalista, julio de 2000