Rosa Luxemburgo

Asamblea nacional o gobierno de consejos

 


Escrito: 17 de diciembre de 1918.

Publicado por primera vez:"Die Rote Fahne, 17 DE DICEIMEBRE DE 1918

Fuente de esta edicion: texto tomado del mia.org, frances.

Traduccion: Carlos Guerrero, con cuyo permiso aparece aqui.

Transcripcin/html: Rodrigo Cisterna, abril de 2014.


 

Es en estos términos que fue formulado el segundo punto del orden del día del Congreso de conejos obreros y de soldados, y es en efecto la cuestión cardinal de la revolución en el momento presente. O Asamblea Nacional o todo el poder a los Consejos Obreros, o renuncia al socialismo, o lucha de clases la más rigurosa contra la burguesía, con el pleno armamento del proletariado: tal es el dilema.

Hay un plan idilio que pretende realizar el socialismo por la vía parlamentaria, por la simple decisión de una mayoría. Este ideal rosa no tiene para nada en cuenta la experiencia histórica de la revolución burguesa, sin hablar del carácter especifico de la revolución proletaria.

¿Cómo pasaron las cosas en Inglaterra? Esta fue la cuna del parlamentarismo burgués, donde se desarrolló muy pronto, con más fuerza. Cuando en 1649 el momento de la primera revolución burguesa moderna acuñada en Inglaterra, el Parlamento Inglés ya tenía tras de sí una historia de más de tres siglos de antigüedad. Por lo tanto, por ello el Parlamento devino en el primer momento de la revolución, su centro, sus murallas, su cuartel general. El famoso "Parlamento Largo" ha visto salir de su seno todas las fases de la Revolución Inglesa. Desde las primeras escaramuzas entre la oposición y el poder real, hasta el juicio y ejecución de Charles Stuart, el Parlamento estando en manos de la burguesía en ascenso, fue un instrumento sin igual, perfectamente adaptado.

¿Y qué pasó con el? Este mismo Parlamento había creado un "ejército parlamentario especial, que como generales elegidos entre sus miembros condujeron el combate, para completar la derrota, durante una larga guerra civil, feroz y sangrienta, sobre feudalismo, el Ejército "caballeros" leales al rey. No fue en los debates en la Abadía de Westminster, aunque fuera entonces el centro espiritual de la revolución, sino en los campos de batalla de Naseby y Marstonmoor, no fue debido a los brillantes discursos en el parlamento, sino por la caballería campesina, por las "Côtes de Fer" de Cromwell que se decidió el destino de la Revolución Inglesa. Y su desarrollo llevado al Parlamento, a través de la Guerra Civil, para la "depuración" por la fuerza, en dos ocasiones, este mismo Parlamento, y, finalmente, la dictadura de Cromwell.

¿Y en Francia? Ahí donde nació la idea de la Asamblea Nacional. Este fue en la historia mundial, una inspiración genial del instinto de clase, mientras Mirabeau y otros, declaraban en 1789: "los Tres Estados, hasta ahora separados, la nobleza, el clero y el Tercer Estado , ahora deben sentarse juntos en tanto que una Asamblea Nacional". Esta asamblea devino en efecto de inmediato por la reunión de Estados, en un instrumento de la burguesía en la lucha de clases. Con el apoyo de fuertes minorías de los dos estados superiores, el Tercer Estado, es decir, la burguesía revolucionaria, dispuso de inmediato en la asamblea nacional de una mayoría compacta.

¿Y en que se convirtió, una vez más? La Vendée, la emigración, la traición de los generales, la Constitución civil del clero, el levantamiento de 50 departamentos, las guerras de coalición de la Europa feudal, y, por último, ya como la única forma de asegurar la victoria final de la revolución: la dictadura, y con ella el reinado de terror. He ahí el valor de la mayoría parlamentaria para la defensa de las revoluciones burguesas. Y, sin embargo, lo que fue la oposición entre la burguesía y el feudalismo, hay abismo gigante con el que se inauguró hoy entre el trabajo y el capital! ¡Cual fue la conciencia de clase de los combatientes en ambos bandos enfrentados en 1649 o 1789, en comparación con el odio mortal, inextinguible que flamea hoy entre el proletariado y la clase capitalista!

No es en vano que Karl Marx haya alumbrado con su linterna científica los resortes más recónditos de la Ciencia de la lógica económica y política de la sociedad burguesa. Esto no es en vano que él haya mostrado, vívidamente, todas sus componentes, hasta las formas más sublimes de sentimiento y pensamiento, como una emanación de este hecho fundamental donde nutre su vida, como un vampiro, de la sangre del proletariado.

Esto no es en vano que Auguste Bebel, que como conclusión de su famoso discurso en el Congreso del Partido en Dresde, exclamara: "Yo soy y sigo siendo enemigo mortal de la sociedad burguesa",

Esta es la última gran batalla, donde se juega el mantenimiento o la abolición de la explotación, es un punto de inflexión en la historia de la humanidad, un combate en la que no puede haber otra salida, o compromiso, o piedad.

Y este combate, que, por la dimensión de sus tareas, más allá de lo que hemos conocido, no ha sido llevado a bien por ninguna lucha de clases, ni por ninguna revolución: disolver la lucha a muerte entre dos mundos en un suave murmullo luchas de oratorias en el Parlamento y de decisiones adoptadas por la mayoría!

El sistema parlamentario fue, para el proletariado, una arena de lucha de clases, tanto como ha durado la rutina diaria de la sociedad burguesa: se trataba de un foro en el que las masas se reunieron alrededor de la bandera del socialismo, donde se educaban para el combate

Hoy en día, estamos en medio de una revolución proletaria, y hoy en día se trata llevar el hacha hacia el árbol de la explotación capitalista. El parlamentarismo burgués, como la dominación de clase de la burguesía, del cual es el objetivo político fundamental, es despojado de su derecho a la existencia. Ahora es la lucha de clases en su forma más descarnada, más desnuda, que entra en escena. El Capital y el Trabajo no tienen nada más que decir, ahora sólo tienen que enfrentarse entre sí en un combate cuerpo a cuerpo, sin gracias por que el combate decida quien será lanzado al suelo.

La palabra de Lassalle es ahora vale más que nunca: la acción revolucionaria consiste siempre en expresar lo que es. Y lo que se llama: aquí está el trabajo - aquí el capital! No la hipócrita negociación amistosa, aquí se juega la vida o la muerte, no hay victoria de la comunidad, de lo que se trata es de estar en un lado u otro de las barricadas. Es clara, abierta, y honestamente, así como con toda la fuerza que confiere la claridad y honestidad, que el proletariado debe, como una clase constituida, reunir en sus manos todo el poder político.

"La igualdad de los derechos políticos, la democracia! " nos han cantado durante décadas a los profetas grandes y pequeños de la dominación de clase burguesa.

"La igualdad de los derechos políticos, la democracia! " cantan hoy como un eco, los hombres al servicio de la burguesía, los Scheidemann.

Sí, esta consigna debe ahora hacerse realidad, pues la "igualdad política" se encarna por el momento allí donde la explotación económica está totalmente aniquilada. Y la democracia, el gobierno del pueblo comienza cuando el pueblo trabajador tome el poder político. De los que se trata es de ejercer sobre las consignas mal usadas por las clases burguesas durante un siglo y medio, una crítica práctica de la acción histórica. Se trata de hacer por primera vez, una verdad del lema de la burguesía francesa en 1789, "Libertad, Igualdad, Fraternidad" - mediante la supresión de la dominación de clase de la burguesía. Y como primer paso, el momento ante el mundo entero y para los siglos de la historia mundial, inscribir altamente en orden del día: lo que hasta la fecha fue la igualdad de derechos y la democracia -el parlamento, la Asamblea Nacional, el mismo derecho al voto- fue una mentira y un engaño! Todo el poder a las manos de las masas trabajadoras como arma revolucionaria para el exterminio del capitalismo -esto es la única verdadera igualdad de derechos, esto es la verdadera democracia! ●