Salvador Allende

Carta-respuesta a la Comisión Política del MAPU


Pronunciado: El 29 de enero de 1973.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 5 de febrero de 2016.


A los compañeros de la Comisión Política del MAPU.

Presente.

Compañeros y amigos:

El pasado 27 de enero la Comisión Política del MAPU dio a la publicidad una declaración.

Algunos de sus puntos, comunes a la Unidad Popular, los comparto plenamente.

Naturalmente, todo partido tiene la libertad de expresar sus planteamientos de modo independiente, pero en tanto que partido integrante del Gobierno que presido, la mencionada declaración contiene afirmaciones sobre las cuales no puedo guardar silencio en la medida que afectan directamente a los criterios y mecanismos operativos del Gobierno Popular.

En primer lugar, las afirmaciones en la declaración de la Comisión Política desconocen la unidad de las actuaciones del Gobierno. El discurso del Ministro de Hacienda del 10 de enero no fue pronunciado a título personal ni en nombre de algún partido político individual, sino que, obviamente, era la manifestación a través de un Secretario de Estado, expresamente designado por mí a ese efecto, de las resoluciones de Gobierno. Es decir, resoluciones que contaban con la aprobación del Presidente de la República, es lógico que el MAPU reafirme las medidas contenidas en la declaración ministerial.

Pero no puede, por la misma razón, negar como “inaceptables” otras resoluciones del Gobierno como son las contenidas en el último proyecto de ley que para autorizar la expropiación de empresas yo enviara al Congreso. Los actos del Gobierno son complementarios y no pueden enfrentarse a unos apoyándose sobre otros. Esto significaría minar en sus propios fundamentos la unidad del Gobierno.

En segundo lugar, la declaración de la Comisión Política pretende desautorizar una resolución del Presidente de la República. En un Gobierno de coalición, la posición de cada partido individual se expresa y sostiene durante el período de discusión interna que precede a una resolución administrativa.

Pero cuando ésta se adopta, el más elemental sentido de la responsabilidad como partido de Gobierno exige su respeto, no su tergiversación. Porque tergiversación es sostener de modo absoluto que “en dicho proyecto se plantea la posibilidad de coadministrar las empresas entre obreros y antiguos patrones, y la posibilidad de devolver determinadas empresas grandes o de carácter claramente monopólico a los capitalistas”. No puede confundirse lo sustantivo con lo adjetivo.

En tercer lugar la declaración contiene afirmaciones contrarias a las resoluciones públicas que desde 1971 la Unidad Popular y el Gobierno han adoptado en torno a la delimitación del Área Social -90 empresas-. Un partido individual con sentido unitario no puede enfrentarlas en ostensible desafío.

Lo anterior me lleva a concluir que la declaración mencionada de la Comisión Política parece concebida y articulada como si el MAPU estuviera fuera del Gobierno y de la Unidad Popular.

Más que una contribución tiene las características definitorias de un petitorio público al Gobierno al margen de los procedimientos y de la responsabilidad que implican compartir el proceso interno y externo de la política gubernamental. Me permito llamar la atención a la Comisión Política del MAPU sobre el significado de esta posición.

La clase obrera, los trabajadores y todo el pueblo tienen en juego su destino político. Son impresionantes las presiones internas y externas que sobre nuestra economía se ejercen para obstaculizar el avance del proceso revolucionario.

La reacción criolla, por su parte, está recurriendo a todos los recursos imaginables para acabar con el Gobierno Popular y las libertades democráticas.

Ante esto, el chileno sencillo, humilde y leal del pueblo explotado, está buscando y pidiendo unidad. No discusiones intestinas que pudieran debilitar su fuerza por querellas y desentendimientos de procedimiento. Como Presidente del pueblo y al servicio de todo el pueblo, agotaré mis esfuerzos para que la esperanza y la generosidad de cada trabajador se sume a la de los otros trabajadores, manteniendo y acrecentando su unidad, garantía de su fuerza y de su avance ininterrumpido hacia la conquista del poder. En torno a esto les invito a meditar fraternalmente.

 

Salvador Allende G.

Presidente de la República

(lunes 29 de enero).