Salvador Allende

Discurso en la Intendencia de Tocopilla


Pronunciado: El 8 de marzo de 1972.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 4 de febrero de 2016.


Pueblo de Tocopilla. Muy queridas compañeras y estimados compañeros, autoridades provinciales, civiles, militares y de Carabineros.

Compañeros parlamentarios populares, estimado compañero Alcalde y regidores de la Ilustre Municipalidad de Tocopilla trabajadores, amigas y amigos.

He llegado hasta aquí en compañía de los Ministros de Vías y Obras, compañero Pascual Barraza, y de Tierras y Colonización, compañero Humberto Martones. He venido, también con algunos jefes de reparticiones de esos Ministerios, entre ellos el Jefe de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas, compañero Carlos Albrecht. Además, integran esta delegación los Edecanes Naval y Aéreo de la Presidencia de la República, Comandante Araya, y Sánchez. (Aplausos).

Viene conmigo, la compañera Tencha (Ovación) y un grupo de periodistas de diarios de Santiago y de la Presidencia, de la Oficina de Informaciones de la República, compañeros que trabajan conmigo diariamente.

Qué bueno es para Tencha y para mí haber llegado en este día a Tocopilla. Frente a esta extraordinaria, grande, calurosa y multicolor demostración de Uds. viene a mi memoria el recuerdo de la primera vez que llegué a esta ciudad (fue al comienzo de 1939 durante el aluvión de Tocopilla) vine como Ministro de Salud Pública de Pedro Aguirre Cerda. (Aplausos).

Traje la palabra y la acción solidaria de ese Gobierno Popular, del cual formaba parte y recuerdo que al llegar aquí con dificultades serias en un pequeño monoplano, me extrañó que no estuviera ni el Gobernador ni el Alcalde. El Gobernador estaba en el interior porque había peligro para un grupo de compañeros que no habían podido abandonar una mina y les había llevado alimentos.

El Alcalde tampoco me había ido a recibir; pregunté por él y me dijeron: está en el muelle.

Pensé que había algún problema y llegué hasta el muelle. Había entre el muelle y un barco el tradicional tablón por el cual transitaban los estibadores con sus sacos sobre la espalda. Es el cuarto de la fila, me dijeron, efectivamente, venía un trabajador alto, fornido, cubriendo su cabeza con el saco que usan. Sobre sus hombros, cargaba también un saco con trigo: era el Alcalde. Era Víctor Contreras Tapia. (Aplausos). Obrero marítimo estibador a quién saludé ahí mismo, y me dijo: compañero Ministro le ruego que me espere en la Municipalidad, ahí tendré el agrado de recibirlo en un cuarto de hora más.

En efecto, cuando llegué, allí estaba el Alcalde, desempeñando sus funciones, pero antes cumplía con su trabajo como modesto obrero, de ahí su extraordinaria autoridad moral y el cariño con que siempre Uds., han demostrado el respeto y el afecto a quien es ahora Senador por las provincias de Tarapacá y Antofagasta. (Aplausos).

Llegamos en este día 8 de marzo a esta ciudad y yo agradezco el recibimiento cariñoso, afectuoso y cordial con que Uds., una vez más han evidenciado su afecto no a un hombre, sino al vocero y al intérprete de las grandes aspiraciones colectivas. Siempre vine a Tocopilla en la tarde, siempre al caer ésta, o al comenzar la noche miles y miles de gentes me recibieron en las distintas campañas electorales.

Es la primera vez que intervengo en una concentración a esta hora; cerca de la una y cuarto de la tarde. Puedo ver desde aquí el espectáculo que representa esta masa humana de mujeres, hombres y niños. Me impresiona profundamente y me impresiona más, sobre todo, cuándo tuve la oportunidad de mirar los hijos de Uds. Les pido excusas a los escolares, a los niños y niñitas que estuvieron que esperar algunas horas, por mi retraso involuntario, ya que tuve que pasar por la Mina Santa Clara.

He resuelto, y así lo haré cuando concurra a las provincias, que no tengan la obligación los niños de abandonar las escuelas e ir a esperar al Presidente. Yo soy el compañero de ellos y si algo quiero y si algo me preocupa, si algo me interesa, son los niños del pueblo, que serán mañana los grandes constructores y definitivos del Socialismo. (Aplausos).

Por eso me bastará saber que estarán cumpliendo con sus obligaciones en las aulas, juntos a sus queridos maestros para sentirme satisfecho. Me duele que niños y niñitas tengan que estar esperando a veces una o dos horas porque he tenido un retraso involuntario, como ocurrió esta mañana.

Desde aquí, mi saludo, mi afecto y mi cariño a esos niños, hijos de Uds. queridas compañeras y compañeros de Tocopilla. (Aplausos).

Agradezco las palabras de saludo y bienvenida del Alcalde de esta ciudad y lo que él ha expresado me permite -no desarrollar ideas en torno a lo que se ha hecho ni rendir una cuenta ni aun proyectar la tarea hacía el mañana, que también está contemplada en lo que el compañero Alcalde ha expuesto- expresar mi satisfacción al oír decir con claridad en materia de salubridad y fundamentalmente del agua ¡Esta ciudad tendrá definitivamente resuelto su problema en el transcurso de este año! (Aplausos).

Voy a conversar esta tarde con los funcionarios públicos, junto con los Ministros de Vías y Obras y de Tierras y Colonización; quiero concretar mis palabras fundamentalmente a algo que tiene importancia nacional e internacional.

 

Día internacional de la mujer

Hoy: Por primera vez en Chile se celebra en escala nacional el Día de la Mujer. Hoy es el día de la madre, de la hija, de la hermana, de la novia o de la esposa, de la compañera.

Hoy, es el día de la trabajadora, de la oficina pública o particular, de la escuela, de la industria, del taller. Hoy es el día de la dueña de casa, simple dueña de casa, pero que desempeña una labor trascendente de importancia suma para el hogar, para el compañero, para los hijos.

En este Día Internacional de la Mujer, el Gobierno que presido, que es el Gobierno de los Trabajadores, ha querido que se celebre en escala nacional, para rendir en la mujer chilena, el homenaje justo, con que rendimos también un homenaje de admiración y de respeto a todas las mujeres del mundo. (Aplausos).

Nace la idea de declarar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, en un Congreso de la Internacional Socialista el año 1907, es decir, hace 65 años.

¿Por qué en ese Congreso se tomó tal resolución? Porque había ocurrido poco tiempo antes un hecho dramático, también en la ciudad de Chicago. Acuérdense Uds. que el 1 de mayo es el Día de los Trabajadores, es el Día de Protesta de los Trabajadores, en la inmensa mayoría de los pueblos. Hoy, como en otros países, en Chile el 1 de mayo no es ya un día de protesta, es el Día de los Trabajadores incorporados al Gobierno y realizando las aspiraciones que el pueblo anhela y reclama. En Chicago, murieron los mártires, acusados de atentados por el tremendo delito de reclamar las 8 horas, y de allí el día de protesta, del 1 de mayo. El 8 de marzo se estableció como el Día de la Mujer, en escala mundial, porque habían fallecido 129 obreras también en Chicago, en una fábrica que habían ocupado, reclamando mejores condiciones higiénicas. Nunca se supo si habría sido un hecho dramáticamente casual e intencional, pero la verdad es que las llamas carbonizaron a 129 obreras que reclamaban mejores condiciones de trabajo.

El Congreso Internacional Socialista, en homenaje a esas víctimas del trabajo, a esas mujeres carbonizadas, a esas mujeres que representaban a millares de mujeres postergadas y preferidas en sus anhelos, acordó, que fuera el 8 de marzo el día en que se rindiera un homenaje a la mujer. Nosotros recordamos a aquellas que cayeron para abrir un camino distinto a las que han seguido después.

Chile, con el Gobierno del pueblo, levanta sus banderas enlutadas, en recuerdo de las 129 obreras carbonizadas; pero también levanta orgulloso sus banderas, las banderas de la Patria para decir: ¡rotunda y categóricamente que la Revolución Chilena tendrá que tener como pilar fundamental a la mujer de la Patria, a la mujer de la tierra nuestra, a la chilena, compañeras, hijas y hermanas y madres nuestras! (Aplausos).

Hace ya tiempo, el Concilio Vaticano estableció la igualdad de todos los hombres, en lo que toca a la capacidad física y a sus cualidades intelectuales y morales.

Por lo mismo, condenamos -dijo- toda forma de discriminación en los derechos fundamentales de la persona. Por motivo de sexo, raza, color, condición social, lengua o religión: lamentablemente en el régimen capitalista, estas palabras del Concilio del Vaticano no han tenido mucho eco y la mujer es la que más sufre las consecuencias de esta realidad social.

 

La mujer debe ser el corazón de toda revolución

Es justo reiterar ahora las palabras de un sacerdote chileno, profesor de la Escuela de Teología de la UC, el presbítero Hernán Larraín, que dice: “La mujer debe ser el corazón de toda revolución justa y humana”.

He querido citar esos conceptos para que mediten las compañeras y también para que mediten los hombres. ¿Cuántas veces sostuve a lo largo de Chile la responsabilidad que tenían los militantes de los partidos de la Unidad Popular, fundamentalmente los partidos de clase, los Partidos Comunistas y Socialista? Tantas y tantas ocasiones en que expresé, que era responsabilidad de los hombres de izquierda, el no preocuparse con mayor dedicación y cariño por los problemas de la mujer que en el régimen capitalista sufre -repito- mucho más que los hombres. ¿Cuántas veces sostuve la discriminación que hay en el aspecto jurídico, en el aspecto económico y en el aspecto social? ¿Cuántas veces señalé la falta de posibilidades para la mujer chilena en una sociedad en que lo esencial ha sido hasta ahora la explotación del hombre por el hombre?

Al hablar aquí en Tocopilla, en el Día Internacional de la Mujer, quiero decir una vez más que los hombres de la Unidad Popular, tienen la obligación ineludible de comprender que sin la presencia de la mujer, con convicción, con cariño, con ternura y con pasión será imposible que nosotros logremos afianzar inconmoviblemente el profundo y hondo proceso revolucionario que Chile tiene que seguir construyendo, con el esfuerzo en todo un pueblo orientado, disciplinado, consciente de la gran meta histórica que tenemos que alcanzar. (Aplausos).

Desde luego, e interrumpiendo mi intervención, les pido a los compañeros que tengan que concurrir a sus faenas, que lo hagan, -les agradezco su presencia- pero la mejor manera de recibirme, es cumpliendo con su trabajo. Gracias compañeros. (Aplausos).

Decía que la mujer tiene que participar activamente en el proceso de cambios en Chile.

Sin embargo, y lamentablemente no hemos logrado todavía elevar su conciencia política y hacerle comprender a la mujer que ella será la más favorecida por el Gobierno Popular.

Las batallas electorales de los Gobiernos anteriores tuvieron decisión contraria a la izquierda por el voto de la mujer, y ahora durante el Gobierno de Uds. trabajadores, las elecciones complementarias de Valparaíso, O’Higgins, Colchagua y Linares han sido adversas también, por el voto femenino. No es culpa de ellas, es culpa de nosotros que no hemos sabido llegar a la conciencia y al corazón de la mujer.

Esa es una tarea de cada hombre, de cada compañero, de cada trabajador, de cada empleado, técnico y profesional de la izquierda chilena. Y es tarea también de las mujeres, que aquí en Tocopilla han demostrado siempre una conciencia política muy superior a las que tienen las mujeres de otras provincias.

Pero cada mujer convencida de las ideas nuestras, debe ser un portavoz para que lleve su palabra a otra mujer, a la que duda, a la que no entiende el proceso revolucionario, a la que no se da cuenta la importancia que para ella tendrá precisamente la construcción de una nueva sociedad, de una nueva vida y de una nueva existencia. (Aplausos).

 

El niño, el único privilegiado

Con que tranquilidad de conciencia, como Compañero Presidente de Uds., puedo mirar a la mujer de Tocopilla y decirle, cómo los problemas de la mujer, esencialmente los problemas del binomio madre y niño, han constituido la preocupación fundamental de los partidos populares -y sin vanidad-, la preocupación fundamental del que les habla, compañeros de Uds., que participó directamente en las leyes fundamentales que benefician a la madre y al niño chileno.

Y cuando aquellos que no se detienen ante nada, los traficantes de la verdad, fariseos, que recurren a todos los procedimientos para desprestigiar al Gobierno Popular, aquellos que ironizaron la campaña en contra del medio litro de leche, aquellos que han hecho burla de esta frase mía, que en Chile el único privilegiado sería el niño, tienen que morderse la lengua y tragarse sus palabras, cuando yo les recuerde, en homenaje a la mujer, que las leyes fundamentales destinadas a amparar al niño chileno y a la madre chilena, tienen origen en las fuerzas populares. Fundamentalmente, en la pasión que puso el compañero que les habla como Presidente de la República. (Aplausos).

Asignación Familiar Prenatal, Asignación Familiar, atención médica amplia al escolar, atención médica a la familia, golpe vitamínico junto al desayuno y al almuerzo escolar, ampliación del almuerzo escolar, en un porcentaje apreciable. Posibilidades para la juventud sobre la base del más serio proyecto destinado a desarrollar la educación física y los deportes. Si es bueno que 10 mil personas aplaudan en un estadio a 2 jugadores, es mejor que 70 mil hagan gimnasia y que la juventud practique la gimnasia y la educación física para después practicar ella misma el deporte. (Aplausos).

En este Gobierno, el medio litro de leche es una realidad que ha alcanzado a miles y miles de niños, que antes no supieron de la importancia de ese alimento.

Hoy día, todo los esfuerzos del Gobierno Popular con la colaboración del Instituto de Fomento Pesquero de la Universidad de Concepción, está destinado a obtener proteínas del mar, para reemplazar las proteínas de la carne -ya que carecemos bastante de ella-, o sacar proteínas vegetales, del poroto de soya. Esa experiencia que he visto hace tan sólo algunos días en la Universidad de Concepción, igual que las experiencias que se están realizando en el Instituto de Fomento Pesquero. Todo ello destinado, ¿a qué? A alimentar mejor al niño chileno. La madre sabe perfectamente bien que he sido el único político, en la historia de su país, que ha hablado de una moral distinta para el hombre y la mujer. Que he sostenido públicamente, la necesidad de una educación sexual, entregada a profesores conscientes y a médicos, para que la muchacha entienda lo que es la biología de la vida y comprenda por qué suceden algunos hechos que son absolutamente normales en la existencia del hombre y la mujer. He sido yo el que he denunciado el drama de las madres solteras y la irresponsabilidad del hombre que engendra un hijo. Esta es la madre postergada, desamparada por la ley, sufriendo las consecuencias ella al igual que su hijo. He sido yo el que he recordado la injusticia brutal de una legislación que establece que haya hijos naturales, legítimos e ilegítimos. He sido yo el que ha divulgado que los grandes próceres de la historia, el Presidente Balmaceda, mártir por querer que el salitre fuera de Chile y el Padre de la Patria, Bernardo O’Higgins fueron despreciados por la oligarquía chilena al llamarlos “huachos”, porque fueron hijos del amor y no del matrimonio legalizado. (Aplausos).

Ha sido este Gobierno el que ha enviado una Reforma Constitucional para establecer la igualdad de todos los hijos, cualquiera que sea su origen. Basta que sean niños, para que tengan las mismas posibilidades ante la ley. Hemos enviado también al Congreso las ideas necesarias para formular, a través de los articulados convenientes, la responsabilidad del padre para que no abandone a la compañera o a la amiga que tuvo con él un hijo. Hemos sido nosotros los que hemos establecido las pensiones para las viudas y los huérfanos. Hemos sido nosotros los que hemos mejorado el monopolio.

Hemos sido nosotros los que hemos propuesto la limitación del tiempo necesario para que la mujer jubile tomando en cuenta la desigualdad de la biología entre el hombre y la mujer.

Hemos sido nosotros, los que hemos dicho que vamos a legislar, para que la mujer, simplemente dueña de casa, tenga también derecho a la previsión, porque desempeña una importante tarea. Y hemos sido, finalmente, nosotros, los que hemos hecho la impresión de textos escolares y cuadernos, en cantidad nunca antes realizada, para otorgarlos gratuitamente a los escolares. Hemos aumentado las becas y el presupuesto fiscal, en relación con la alimentación de los niños en un 425% en comparación con el año 1970-1971. Hemos sido nosotros los que por primera vez, en Santiago por ahora, y mañana en las capitales de provincias más importantes, hemos establecido buses especiales para que lleven gratuitamente a los escolares, terminando con el drama que significa para la madre, el no saber si su niño va a tener seguridad entre la casa y la escuela, entre la escuela y la casa. Los niños de Santiago, ahora entre ese recorrido y mañana en todos los recorridos, irán en buses especiales, donde habrá muchachas qué hagan trabajo- voluntario y choferes especializados en conducir los niños con la tranquilidad y la alegría necesaria para que vayan a aprender de los maestros. (Aplausos).

 

Guarderías infantiles

Julieta Campusano, María Elena Carrera y yo, firmamos el proyecto que redactara con calor y con pasión para crear las Guarderías y los Jardines Infantiles. Iniciativa que quiso robarme descaradamente el Gobierno de Frei; cuando vetara la disposición que aprobó el Congreso Nacional. (Aplausos).

Por eso, tartufos y fariseos no podrán negar en sus columnas mercenarias lo que he hecho, yo -ayer como senador de la República y lo que haré como Presidente del Pueblo- en protección de la madre y del niño chileno. (Aplausos).

Es cierto que han faltado algunas telas para hacer uniformes. Pero ello no se ha debido a la despreocupación del Gobierno. ¿Por qué han faltado telas? Porque nosotros, con una política justa de la redistribución del ingreso, hemos dado más poder de compra al campesino, al obrero. Porque hemos incorporado al trabajo a 200 mil chilenos cesantes, es decir, familias que antes no podían comprar; ahora que el jefe de ella trabaja pueden hacerlo.

Un millón o dos millones de chilenos, ha sido favorecidos con una política que ha aumentado -para ellos, en un porcentaje mucho más alto que el costo de la vida- el ingreso, y mantuvimos estables los precios. Echamos a andar la capacidad ociosa de las industrias y las fábricas.

Sin embargo, esto no ha bastado. Había tantos y tantos chilenos que no podían comprar.

Es cierto que había vitrinas repletas de artículos y ¿por qué estaban repletas? Porque no la podían comprar la mayoría de los chilenos. Hoy día en algunas vitrinas faltan determinados artículos, pero ya no están ahí para que los mire el pueblo. Estuvieron ahí y el pueblo ahora los llevó a su casa, porque tienen como comprarlos y tienen cómo adquirirlos. (Aplausos).

Es cierto que han faltado algunos uniforme y eso les ha permitido hacer toda una propaganda, y declarar que el niño es mentira que es privilegiado.

Se olvidan de todas las leyes, de todas las medidas, de las campañas sanitarias contra la diarrea infantil, de lo que hemos hablado contra los basurales. Se olvidan de que nosotros hemos dicho la brutal desigualdad entre los chilenos que tienen agua potable y no tienen.

Niegan las cifras aterradoras que significan haber heredado nosotros: 3.800.000 chilenos no tienen agua potable y cerca de 3 millones y medio sin alcantarillado. Esa es la herencia de ayer, que estamos quebrando. En este país hay 600 mil niños retrasados mentales, porque no recibieron la proteína necesaria en los 8 meses de su primera existencia, en los primeros 8 meses de su vida. Esa es la herencia recibida, además de tanto niño inválido, incapacitado físico como secuela de accidentes o de parálisis infantil, en un país que todavía no tiene una ley de rehabilitación.

Todo esto lo hemos recibido como herencia de una clase social y de un régimen implacable, que estableció la distancia entre el que tenía tanto y el que no tenía nada.

Tengo derecho, a fustigar a los tartufos y fariseos; que pretenden negar lo que hemos hecho y que ponen en duda lo que vamos a hacer. Pero yo les digo, el Gobierno del Pueblo va a poner el motor decisivo, en que los funcionarios públicos en que los servicios encargados de los niños de la infancia y del joven chileno, tengan premura para recuperar los años perdidos.

Vamos a sembrar este país, de Guarderías y Jardines Infantiles este año, cómo tarea obligatoria, para que la madre que trabaja, vaya a su labor con tranquilidad, sabiendo que en una Guardarla o un Jardín Infantil estará su niño protegido y amparado, mientras ella contribuye al progreso de Chile y al aumento de la producción. (Aplausos).

Vamos a establecer -pero no quiero que sea obligatorio- la exigencia de que toda muchacha, entre 18 y 21 años soltera, tenga que trabajar 3 meses en su vida -lo que es muy poco-, para que pueda desempeñar labores de ayudantes en una Guardería Infantil, en los buses, o en un Jardín.

En Chile hay 1.200.000 niños que proteger en salas-cunas y en Jardines Infantiles. Se aprecia que debe haber una persona por cada 10 niños, un ayudante.

Se necesitarían 120 mil personas. Chile no es un país que pueda pagar una burocracia de 120 mil personas. Por eso, vamos a apelar a las reservas morales y a la capacidad de la juventud, de la muchacha chilena, para que tres meses en su vida siquiera, vaya a una sala-cuna o a una Guardería Infantil o esté en un bus ayudando a la infancia.

Y yo sé que encontraré una respuesta justa, de las muchachas, de las jóvenes de nuestro país.

Así vamos a poder encarar este problema de enorme trascendencia y de importancia. Y, así, vamos a demostrar en los hechos -ayer ya lo hicimos, y lo haremos hoy y mañana-, que es cierto que en este país con el Gobierno del Pueblo, será verdad aquello que el único privilegiado será el niño chileno, porque él es la semilla del presente y del futuro de la Patria. (Aplausos).

 

Compromiso entre la mujer chilena y el Gobierno

De la misma manera, firmaré y seguramente ya habrá llegado a Antofagasta, el probable convenio que hoy día mismo ratifiqué.

Las mujeres de Chile se organizan en escala nacional para hacer dentro de poco una gran convención y en ella reafirmarle definitivamente el convenio que provisoriamente están redactando, para que haya un compromiso nacional, entre la mujer chilena y el Gobierno del pueblo. No se tratará de la mujer de la Unidad Popular, sino de la mujer chilena.

Para reivindicar para ella igualdad jurídica, igualdad económica e igualdad del trabajo.

Igual expectativa en el campo educacional y laboral.

Para que los Centros de Madres multipliquen su acción, para que puedan contar con los talleres en donde la madre vaya a producir. Para impulsar la artesanía familiar y los trabajos del hogar, para que la mujer pueda aumentar la producción.

En resumen, también, para abrir todos los horizontes de la administración Pública, de los cargos de representación, a la mujer chilena. Hay aquí en Tocopilla un ejemplo de la decisión del Gobierno, ya que el Gobernador de este Departamento es una compañera, una mujer en el Gobierno del pueblo, el Gobierno de Uds. (Aplausos).

Queridas compañeras, y queridos compañeros de Tocopilla, gracias por la presencia de Uds., gracias una vez más por haber recibido el estímulo, el fervor y el cariño, que siempre me entregaron, en las pasadas campañas, cuando la decisión popular me fue adversa, por el dinero, la presión, la mentira y el cohecho.

Siempre regresé a Tocopilla, no sólo en víspera de una elección, muchas veces vine aquí como parlamentario, como vine antes como Ministro, a encontrar en las reservas revolucionarias de este pueblo, la fe y la convicción, de que tarde o temprano, alcanzaríamos el Gobierno para lograr el Poder.

Al llegar aquí esta mañana, yo sabía perfectamente bien que de nuevo Tocopilla iba a estremecerse no en homenaje a un hombre y a su compañera, no en homenaje al Presidente de la República y su compañera, sino en homenaje al hombre que ha interpretado las aspiraciones de un pueblo, y que merece la confianza de un pueblo, la lealtad revolucionaria, que tiene tan alta significación en Tocopilla. (Aplausos).

 

Las resistencias externas las venceremos

Chile vive ahora, días dramáticamente difíciles.

El cerco internacional se va apretando en contra nuestra, por el tremendo delito de haber nacionalizado las riquezas que estaban en manos del capital extranjero.

Ahí están las informaciones, que los diarios de hoy publican, haciendo referencia una vez más, el Subsecretario del Departamento de Estado norteamericano, que será muy difícil llegar a un acuerdo con Chile, porque Chile ha pagado indemnizaciones muy bajas, a dos de las empresas, de las cinco empresas cupríferas. Claro se olvida decir, que las empresas del cobre, invirtieron en Chile 30 millones de dólares; aprecian con generosidad esta inversión, cuando se llevaron del país la astronómica cifra de 4.500 millones de dólares.

Se han olvida decir, que el plan de expansión de las compañías del cobre, se ha hecho sobre la base de contratar créditos, que tendríamos que pagar nosotros, mientras se llevaron, implacablemente las jugosas utilidades que tenían. Se han olvidado decir, que las compañías han dejado las minas floreadas y que muchas de las instalaciones son inservibles, es el caso aquí mismo, de la planta eléctrica de Tocopilla que tendrá que ser refaccionada en un porcentaje muy amplio. Aumentará su potencia o bien, vamos a utilizar si tenemos la posibilidad -y se están haciendo los ensayos-, de una técnica distinta en el refinado del cobre.

Olvidan decir que nunca hubo un Instituto Metalúrgico, en las compañías del cobre. Se olvidan decir que la ingeniería del cobre la revisaban los ingenieros, o los capataces norteamericanos, sin consultar a los ingenieros chilenos, que nunca llegaron a conocer ni las metas, ni los planes, ni la capacidad, ni las posibilidades de la Ingeniería, que se estudiaba se materializaba y se concretaba en los EE.UU.

Olvidan decir, que si es cierto que no vamos a pagar indemnizaciones, hecho que por lo demás no depende del Gobierno, sino de un Tribunal creado por la Reforma Constitucional -aprobada por la unanimidad de los chilenos- tenemos que hacernos cargo de deudas por 716 millones de dólares, que pesarán, sobre las empresas nacionalizadas.

Olvidan decir, que se estrujaron a Chile como un limón. Quebraron, por desgracia, la moral en muchos centros laborales, estableciendo diferencias, entre los extranjeros, los americanos, los norteamericanos y los chilenos. Se olvidaron decir que establecieron la quiebra de una moral, cuando le pagaban en dólares a algunos chilenos y extranjeros que trabajaban en nuestro país, mientras a los obreros les negaban reajuste y salarios esenciales. Se olvidaron decir, que durante años creyeron que las minas eran un Estado enclavado dentro del Estado de Chile, con derechos distintos y prerrogativas diferentes.

Yo soy lo suficientemente viejo, pero al mismo tiempo lo suficientemente joven, para decirles, desde aquí, a los que nos niegan el derecho a ser un pueblo independiente y soberano, que yo conocí -cuando vine como diputado de Valparaíso a proclamar a Pedro Aguirre Cerda-, cómo se cerraba el paso en las oficinas salitreras a los diputados de Chile; lo mismo hicieron en las minas de Chuquicamata, donde no me dejaron entrar.

Sé perfectamente bien la diferencia que había entre los señores del Directorio, señorones que iban de cuando en cuando y tenían las mejores casas.

 

Hemos cambiado el contenido de la vida

Hoy qué distinto es. La casa del Directorio, será la Casa de la Cultura de los trabajadores de Tocopilla entregados a sus sindicatos. La casa del Gerente, que era un edificio y es un edificio extraordinario, con toda clase de comodidades, con jardines que tanto cuesta levantar en la pampa, será la mejor Guardería Infantil posiblemente de Chile, entregados por nosotros ayer. (Aplausos).

Hoy las compañías del cobre, del hierro, del salitre, del carbón y del acero, no tienen en sus directorios, enyesados señores, que recibían suculentos ingresos. Hoy los trabajadores, forman parte de la Administración de las Empresas y de los Sindicatos.

Junto con el Comité de Administración, tienen una interrelación, para administrar la empresa y hacer realidad las justas de reivindicaciones de los obreros. Es decir, hemos cambiado el contenido de la vida, no sólo en lo que se refiere a la riqueza, incorporándola al país, sino a los derechos de los trabajadores. Yo creo que puedo en este día y para terminar mis palabras, decirle a la mujer de Tocopilla y en ella a todas las mujeres de Chile: El Gobierno del pueblo ha cumplido parte fundamental de su programa, y las resistencias externas las venceremos. Si nos quieren cercar y si nos quieren aislar, encontraremos otras puertas que se abran, en el campo socialista y en países de Europa, conscientes de que el mundo y el avance de él no se puede detener. Sí acaso internamente una oposición obcecada quiere refugiarse en el Congreso, negando claras disposiciones, nosotros haremos entender al pueblo, que nosotros revolucionarios somos los que defenderemos la solidez de las instituciones, la validez de las disposiciones constitucionales y las leyes vigentes. Somos nosotros los que les hemos dicho: Ahí está el Tribunal Constitucional, para que resuelva la diferencia entre el Congreso y el Ejecutivo del país. No hay ningún acto -óiganlo bien- no hay un sólo acto, del Gobierno que presido, que pueda señalarse, que ha roto, que ha quebrado, que ha desconocido, la disposición constitucional o la ley chilena. A los 4 fallos del Tribunal Constitucional han favorecido las tesis del Gobierno de Uds., del Gobierno de los Trabajadores.

Cuando recorrí mi Patria, llamando al hombre y a la mujer de esta tierra a edificar una revolución creadora, enseñé que la revolución no era destruir sino sembrar nuevas expectativas y nuevas posibilidades. Cuando hablé del respeto a la persona humana, me reí de aquellos que decían que cuando yo fuera Presidente no iban haber más elecciones, y demostré la mentira a los que decían que la familia se iba a desquiciar. Hoy puedo decirles a Uds. que en el Gobierno del Pueblo no hay un preso político, no hay un periodista encarcelado. En el Gobierno del pueblo, se han respetado las conquistas individuales y las conquistas sociales. En el Gobierno del pueblo se ha demostrado mutuo respeto por todas las creencias, por todas las religiones, por los sacerdotes, por los pastores, por los Ministros de todos los credos. El pueblo tiene la grandeza de detenerse ante la conciencia individual, para dar paso a la gran conciencia del empuje y de la lucha colectivos en nuestra Revolución, que de acuerdo con nuestra tradición hará de Chile la Patria amplia y generosa de todos los chilenos. (Aplausos).