Salvador Allende

Palabras en Chuquicamata


Pronunciado: El 3 de marzo de 1972.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 4 de febrero de 2016.


He oído como siempre, con agrado, las demostraciones vivas de la juventud. Pero, les pido que se den cuenta que éste no es un acto político más. He venido por un hecho importantísimo, que explicaré.

Están con nosotros, invitados, representantes de las Fuerzas Armadas, el Embajador de Rumania en Chile, Vasile Dumitrescu e ingenieros chilenos, representantes del Instituto del Colegio de Ingenieros.

La más elemental consideración, en el sentido que tengo de la responsabilidad, me obliga a no darle a este acto un contenido político.

Les ruego a los compañeros jóvenes no me interrumpan. No me interesan los aplausos. (Aplausos).

Tengo sumo interés en que tanto los trabajadores como sus familias escuchen, porque los problemas que voy a plantear son de interés nacional, regional y, esencialmente, para este mineral.

Saludo al Intendente de la Provincia, compañero Fernando Gómez, al Gobernador de El Loa, compañero Edmundo Checura Jeria, al Alcalde de Calama, Luis Villalobos Lemus y a los parlamentarios populares, que están en este estrado, a los representantes de CODELCO, a los compañeros de la Administración de Chuquicamata, a los dirigentes sindicales, a los ingenieros venidos de Santiago del Instituto y del Colegio.

Quiero destacar, una vez más, que están presentes el Almirante Horacio Justiniano, el General Claudio Sepúlveda de Aviación y el General de Ejército Pedro Palacios que forman parte de los Comité de Administración de las empresas. Está también el general Martín Cádiz, Jefe de la Primera Zona de Carabineros.

Reitero que es para nosotros de una gran significación que esté presente el señor Embajador de Rumania. (Aplausos).

Está también entre nosotros mi estimado amigo, el Rector de la Universidad del Norte, señor Miguel Campos.

 

Estar con los trabajadores del salitre y del cobre

Cuando pensé que el Gobierno debería trasladarse por algunos días a Antofagasta -hecho que ocurre por primera vez en nuestra historia- me interesaba fundamentalmente como lo dijera en el acto público, de contenido político, que tuve a mi llegada a esta provincia, y realizado en la ciudad de Antofagasta preocuparme directamente de mirar los problemas de esta provincia, y, también, los del Norte Grande. Esencialmente, quería, una vez más, estar con los trabajadores del salitre y del cobre. No sólo por el hecho humano y significativo, sino, por lo que significa para Chile el salitre y el cobre. Además por todos aquellos problemas que dicen relación con el futuro de esta Provincia, las condiciones de vida y existencia de los que en ella laboran: mujeres, hombres, jóvenes y ancianos. Problemas diarios de la existencia humana: abastecimiento, vivienda, agua, luz, trabajo, educación, deportes, cultura, salud.

Siempre he creído que es útil que el Jefe del Estado, pueda, además de conversar con sus compatriotas en las distintas regiones, hacerlo con los Jefes de los Servicios Públicos, que son en esencia, el brazo del Ejecutivo que debe realizar las tareas que Chile se ha trazado.

Insisto fundamental y esencialmente que mi preocupación estaba en el salitre y en el cobre.

Para mí el día de hoy ha tenido y tendrá una extraordinaria importancia, en mi existencia de Presidente de Chile, de Compañero Presidente de la República.

He querido que culmine esta etapa de convivencia con Uds., compañeros trabajadores del cobre, compañeras, familiares de los obreros, técnicos, empleados y profesionales de esta, empresa, conversando sobre algunos aspectos que, como le dijera, estimo de interés para Uds., porque son de superior interés para Chile.

 

Es nuestra obligación pagar los créditos

Vivimos horas difíciles, horas duras. Cada hombre y cada mujer de la Patria debe conocer las razones por qué éstas son horas difíciles y duras.

El Gobierno que presido ha recibido al país con una deuda externa de 4.260 millones de dólares; 3.271 en créditos y 955 en intereses.

Chile, como todos los países tiene ingresos y egresos de dinero. Tiene ingresos de moneda dura -dólares- con los productos que produce y vende; y tiene salida de dólares por las cosas, por los productos, por las materias primas, por los alimentos, por el petróleo, por los repuestos que necesita para la marcha de la nación y que no se producen en nuestro país.

Chile, este año, según cálculos basados esencialmente en la exportación de cobre, hierro, salitre, celulosa, papel y de algunos productos agropecuarios, debe tener un ingreso de 1.150 millones de dólares. Esta cantidad tiene que ser invertida en comprar los productos que Chile necesita para su vida normal, y que no produce.

Pero además, de acuerdo con la deuda que tiene Chile, nosotros tendríamos que amortizar -vale decir bajar- la deuda, y pagar los intereses respectivos. Eso significaría una salida de 410 millones de dólares en 1972.

En resumen, habría una diferencia extraordinaria entre el ingreso de dólares provenientes de las ventas de los productos chilenos, en los distintos mercados -lo que produce más ingresos es el cobre-, y los que tenemos que adquirir. En resumen, tendríamos que disponer de 1.600 y tantos millones -para usar cifras redondas- y tendríamos solamente 1.150 a 1.180 millones de dólares. Hay entonces un déficit, en contra nuestra.

Si pagáramos los compromisos, querría decir que de los 1.150 o 1.200 para que sean más fáciles los cálculos, 400 millones tendrían que destinarse a pagar las deudas, amortizarlas y nos quedarían nada más que 300 millones, cuando los que necesitamos son 1.150 o 1.200 para comprar lo que el país requiere.

En estas circunstancias, el Gobierno que presido, ha planteado a los países a quienes les debemos, la necesidad de negociar la deuda externa. Es decir, que se nos den facilidades, porque es nuestro propósito, nuestro deseo y nuestra obligación pagar los créditos que gobiernos anteriores contrajeron. Pero, al mismo tiempo, sostenemos que nosotros necesitamos facilidades, precisamente, para pagar y para poder pagar es fundamental que Chile desarrolle su economía y, esencialmente, su actividad con los productos exportables y entre ellos, vitalmente, el cobre.

Además, hemos planteado una tesis que nos parece justa. Es lógico que los países en vías de desarrollo, dependientes, como el nuestro, paguen sus compromisos en relación con las posibilidades emanadas de sus necesidades internas y de su comercio exterior.

Esta es la tesis esencial e nosotros hemos hechos presente ante los países acreedores reunidos en París.

Entre otros, nosotros tenemos como países acreedores a Estados Unidos, en primer lugar; Inglaterra, Francia, España, Italia, República Federal Alemana, Japón, entre otros; básicamente son los que he enumerado.

Hemos dicho a esos países que nosotros estamos dispuestos a dar las garantías necesarias para que pueda verse el desarrollo de nuestra economía. Las nuevas deudas que tengamos que adquirir, el plazo y el interés que tenemos que pagar de esas deudas, las inversiones que vamos a hacer, pero, no aceptamos lo que habitualmente se ha hecho y es exigir a los países que firmen las llamadas Cartas de Intención o acepten lo que se denomina stand by, que permite a través del Fondo Monetario Internacional controlar los sueldos, salarios e inversiones. Nosotros hemos planteado honestamente que queremos pagar, que debemos pagar, pero, al manifestarlo, no negociamos el Programa del Gobierno Popular sino los créditos que este Gobierno ha heredado. (Aplausos).

Para que los compañeros entiendan: si nosotros tuviéramos que pagar este año la amortización y los intereses correspondientes, que son 410 millones de dólares, significaría que de cada cien dólares -que ingresarían al país-, sólo podríamos disponer de 65; 35 estarían destinados a los compromisos por la deuda externa que Chile tiene.

Mirado desde otro ángulo, significa que Chile al destinar el 35% de sus ingresos a pagar estas deudas, está colocado en una situación que todos los economistas estiman como imposible, porque un país no puede destinar un porcentaje tan alto de sus ingresos para pagar sus deudas externas. Se aprecia que este porcentaje debe ser entre un 20 y un 22%.

Desde otro punto, además, si este año tenemos que pagar 400 o 410 millones y más o menos la misma cifra el año 73 y 300 y tantos el año 74; significaría que en 3 años Chile tendría que pagar más de mil millones de dólares. El 33% del total de su deuda.

Y esto es imposible.

Esto impediría el desarrollo económico del país, elevar las condiciones de vida y de existencia de nuestro pueblo, asegurar las escuelas hospitales, caminos, trabajos; en resumen, desarrollar la economía de nuestra Patria.

Hemos planteado la renegociación de la deuda externa y esperamos que se entienda nuestro lenguaje y nuestra actitud.

¡Queremos pagar, debemos pagar! No somos, por cierto, el primer país que renegocia su deuda. La inmensa mayoría de los países lo han hecho. Gobiernos anteriores al nuestro, ya lo hicieron. Pero queremos que se entienda este nuevo planteamiento, que tiene un sello especial: nace de las ideas de un Gobierno Popular.

 

El cobre, palanca fundamental de la economía

Ahora bien, ¿por qué fundamentalmente me interesa que Uds., hombres y mujeres del cobre, se posesionen de estas cifras y entiendan esta realidad?

Porque básicamente -y como lo dijera- el cobre constituye para Chile, su sueldo.

El sueldo de Chile es el cobre, como la tierra es el pan, como el bosque podríamos decir, es el techo y la vivienda.

Pues bien, de lo que exporta Chile, de lo que vende Chile, el 70% está constituido por el cobre que nosotros producimos. ¡El 70%!

El cobre se vende en el mercado internacional. Por lo tanto, su precio no lo fija Chile, como no lo fijan Zambia, el Congo y Perú, que son países productores de este metal.

Se fija en función, a veces, de la demanda y otras veces (no pocas) de intereses -que no son de los productores- sino que son de la gente que compra y comercia con el cobre.

El hecho es que este Gobierno, a diferencia de otros, ha tenido que sufrir una baja extraordinaria en el promedio de los precios a que ha vendido su cobre.

Mientras que en el Gobierno del señor Frei, el cobre alcanzó, a veces, hasta 76 centavos la libra y mientras el promedio de venta durante los seis años del señor Frei, fue más o menos 56 centavos o 57, nosotros hemos tenido un promedio del 49.4.

Es decir, ha habido una disminución ostensible, extraordinaria, en el precio del cobre. Y esto, perjudica a Chile en millones y millones de escudos.

Por otra parte, el cobre financia más o menos el 20% de los gastos -óiganlo bien- de los gastos del Presupuesto Fiscal, y el 70% del Presupuesto de divisas y el 20% del presupuesto fiscal.

Además, el cobre importa todos los años 70 millones de dólares, para traer lo que necesitan las empresas a fin de que puedan producir.

Es también el cobre, el más importante comprador interno, fuera de lo que tiene que comprar más allá de nuestras fronteras. El cobre compra dentro de nuestro país cifras especiales, extraordinariamente altas. Las más altas de todas las industrias.

Es, por lo tanto, el cobre, una palanca fundamental del desarrollo de la economía nacional y de la economía regional.

El cobre de Potrerillos o El Salvador, para Copiapó. El cobre de Chuquicamata para la provincia de Antofagasta. El cobre de El Teniente para la provincia de O’Higgins.

Se darán cuenta ustedes, que la obligación que tiene el Gobierno que presido, es desarrollar fundamentalmente aquellos productos, aquellos bienes que podemos exportar, a fin de poder tener más ingresos que nos permitan pagar las deudas contraídas anteriormente y lo que nosotros tengamos que contraer; y al mismo tiempo, poder desarrollar la economía nacional.

Por eso, necesitamos más cobre, refinar más cobre en Chile. Necesitamos manufacturar más este metal en el país. Necesitamos desarrollar más la obtención de subproductos del cobre: oro, plata, renio, molibdeno.

¿Qué pasó el año 1971, comparado con el año 1970?

En el Mineral el año 1970 se removieron 23 millones de toneladas; el año 1971, 24 millones de toneladas. En lastre, el año 1970 se removieron 16 millones; el año 1971, 30 millones. Entre lastre y mineral la tierra removida en 1970 fueron 39 millones de toneladas. La tierra removida en 1971 fue de 54 millones de toneladas.

Hubo un 80% del aumento en lastre sacado. El año 1970 se produjeron 588 mil toneladas de concentrado, y 665 mil en 1971.

Molibdenita: 10 millones de libras el 70, 15 millones en 1971.

Blíster: 244 mil toneladas en 1970, 254 mil toneladas en 1971.

Hubo grandes éxitos aparentes; sin embargo, la producción total fue ligeramente inferior que el año 1970, a causa del mineral oxidado.

El cobre proveniente del mineral sulfurado fue la producción más alta de la historia -me refiero sí al mineral hecho por los chilenos-.

El cobre proveniente de mineral oxidado fue bajo porque los norteamericanos no prepararon los óxidos. Se confiaron en La Exótica y, sin estudiar bien el problema. La Exótica no dio los resultados previstos.

En el caso de El Teniente los, problemas no son los que hemos visto aquí ahora, en estas cifras en Chuquicamata, sino fundamentalmente, derivados de su función.

Además, hay que destacar que las inversiones hechas para las ampliaciones no han dado resultados, ni siquiera aproximados a lo proyectado.

El método de inyectar oxígeno no fue dominado por los norteamericanos y nosotros tampoco hemos sido capaces de dominarlo.

El Salvador ha producido más o menos lo que se estimaba; Andina también, entró a producir por primera vez este año; La Exótica ha estado muy por debajo de los niveles que se quiso alcanzar.

 

Programa de inversiones en la gran minería

Frente a esta realidad ¿qué obligaciones tenemos? El deber de programar las inversiones que posibiliten una mayor producción de cobre.

En la Gran Minería para 1972. Programa de inversiones para las cinco grandes minas: en Chuquicamata 46 millones de dólares; más de la mitad del total de lo que debe invertirse en la Gran Minería se va a invertir en Chuquicamata.

Objetivos: corregir el estado defectuoso en que se recibieron las minas y, por lo tanto, sobre esta base aumentar la producción. Además, tenemos otro programa en relación con Chuquicamata.

Se están realizando estudios destinados, o bien, a aumentar la capacidad de la refinería, o a establecer una nueva refinería aquí en Chuquicamata.

Hasta ahora -el Ministro de Minería conversaba esta mañana-, no se ha resuelto en definitiva si se va a la ampliación o se hace una nueva refinería. Para resolverlo, se estudiará con los técnicos, con los trabajadores, como es nuestro criterio y nuestra opinión. Cuando empleo la palabra trabajadores, siempre me refiero a obreros, empleados, técnicos y profesionales.

Enseguida, ya CODELCO -me lo hicieron presente el Ministro, y el Vicepresidente de CODELCO-, ha resuelto establecer un sistema que se llama de “colada continua” lo que hace que los cátodos no sean moldeados para convertirlos en barra, sino que sale el alambrón directamente; esta es la base para los conductores que se usan en la electricidad. De esta manera se suprimen prácticamente dos fases del proceso, la formación necesaria de lingotes que después tienen que ser trefilados y se puede aumentar la producción de alambrón en 100 mil toneladas.

Sin embargo, se piensa que en el primer año sólo serán 40 mil y, especialmente, estarán destinadas a exportación. Esto implicará una inversión, fuera de lo que estaba hablando, de 7 millones para la planta de colada y eso estará, me parece, a fines del año 1973.

Es probable -me decía el Ministro, más que probable-, que esta planta de colada sea ubicada en Antofagasta. Se llevarán los cátodos a Antofagasta, ya que estando cerca del mar es más fácil la producción y rinde más.

Además, como es de imaginarse, hay distintos proyectos destinados a ampliar otros productos elaborados con cobre. Para ello, o bien, ampliaremos la planta de MADECO que va a ser o una empresa estatizada o mixta -se resolverá dentro de la próxima semana-, o bien instalaremos una nueva planta.

Como Uds. pueden ver se le abren a Antofagasta expectativas con estas cosas que someramente estoy enunciando.

Estas son las inversiones para el programa de producción de 1972.

En el Primer Semestre tenemos un aumento del 15% sobre 1971. Esto será motivo de discusión entre los trabajadores de Chuquicamata. El compañero Carrasco ha leído el Convenio o compromiso que yo sugiero sea impreso para que lo conozcan los trabajadores: obreros, empleados, técnicos y profesionales, para que en esta asamblea se discuta. Que se introduzcan, si es necesario, modificaciones; no creo que haya modificaciones de fondo, esenciales, que introducirle, para que pueda ser firmado; yo tengo interés en firmarlo antes que me vaya de Antofagasta; o sea, que hay un plazo hasta el jueves o viernes de la próxima semana.

Este Convenio entre la empresa y los trabajadores -entre los trabajadores que son dueños de la empresa, porque la empresa pertenece al pueblo de Chile. No son dueños los trabajadores que aquí laboran sino todos los trabajadores del pueblo de Chile-, es un paso de trascendencia extraordinaria y me complazco que sea Chuquicamata la primera industria o empresa que da una lección para el resto de las empresas estatizadas del área Nacional. (Aplausos).

Hemos dicho que para el Primer Semestre y de acuerdo con los planes de CODELCO y el Ministerio de Minería, debe haber un aumento nacional de las cinco minas, de un 15% en total.

Ya se han hecho evaluaciones y puedo decirles a Uds. que El Teniente, El Salvador, Exótica y Andina han cumplido entre un 95% y un 100% del Programa. No ha pasado lo mismo en Chuquicamata; al contrario, esto se debe a que hay dos hornos parados.

Por lo tanto, debe acelerarse el arreglo de los hornos y debe acelerarse el proceso, de tal manera que Chuquicamata recupere el tiempo perdido y quede dentro de los niveles que permitirán en el Primer Semestre un aumento de un 15%.

Para Chuquicamata, la meta es de 300 mil toneladas cortas. La meta de CODELCO establece 128 mil toneladas métricas para el Primer Semestre y, como decía, para alcanzarla hay que reparar el reverbero número 4, y, sobre todo, esto es lo más importante, hay que discutir con los trabajadores y crear en las secciones los Comités de Producción.

Se me ha dicho -y me cuesta creerlo- que algunos trabajadores son contrarios a estos Comités de Producción.

Creo que es imposible imaginar que un trabajador -obrero, supervisor, empleado, técnico, profesional-, sea contrario. Esta es la manera de hacer que cada uno de ellos tenga conciencia de lo que es la meta que debe alcanzar, pero al mismo tiempo contribuir a la meta total, esa que se ha trazado la dirección del país a través del Ministro de Minería y de CODELCO.

Si un obrero, un empleado, o un técnico no contribuye a que se formen esos Comités de Producción, si no se discute con los trabajadores, si no se señala su propia responsabilidad, no habrá manera entonces de cumplir estas metas.

Piensen Uds. lo que ello significa. Recuerden lo que he dicho, lo que representa y significan las deudas los compromisos que Chile tiene, que no puede pagar ahora, y piensen las obligaciones que tenemos de desarrollar nuestra economía, en un país donde faltan 500 mil viviendas. En un país donde hay que hacer caminos transversales. En un país donde estamos importando -todos los años-, cerca de 200 millones de dólares en carne, trigo, grasa, mantequilla y aceite.

En un país donde -por desgracia- faltan camas en los hospitales. Muchas veces, en los servicios, para ser operados los enfermos deben esperar dos o tres meses. En un país donde hay que ampliar las Universidades en carreras cortas y en carreras humanísticas y en carreras científicas, o en el caso concreto de Medicina, para llenar el vacío de 4 mil médicos que faltan.

Chile tiene 4.400 o 4.500 profesionales y debería tener 8.600 o 9.000 médicos.

Baste saber que en Chile faltan más de 7 mil dentistas. Estas cifras hablan de la magnitud de la tarea que tenemos por delante. Debo agregar, todavía, que hay que crear fuentes de trabajo para dar ocupación a los muchachos y muchachas que anualmente lo requieren y a quienes aún no hemos sido capaces de darle trabajo, porque recibimos con un 8,9% de cesantía este país; aunque la hicimos llegar al punto más bajo de la historia de Chile, en los últimos 20 años, todavía tenemos una cesantía de 3,8%.

 

Confianza en los trabajadores del cobre

En estas circunstancias, cada trabajador tiene que entender la importancia trascendente que guarda el que se formen los Comités de Producción. Que haya conocimiento cabal y general, no sólo del Comité de Producción de su sección. Que todos los trabajadores sepan y para ello debe llenarse de gráficos Chuquicamata. Debe hacerse gráficos allí en la plaza, en los clubes, donde va la gente, en los Sindicatos, en las calles en los distintos sectores, para que sean mensualmente conocidas las cifras y se vaya midiendo a través de la observación de todos estos gráficos, si Chuquicamata alcanza o no las metas fijadas las que los trabajadores aceptarán cuando discutan este Convenio y lo firmen conmigo.

Hacerlo, tiene un profundo contenido patriótico y nacional. Frente a esto, tengo confianza en los trabajadores de Chuquicamata y tengo confianza en los trabajadores del cobre. (Aplausos).

Pero compañeros, la confianza no es un cheque en blanco que yo extienda. Tengo motivos para decirlo, y como no vengo a buscar Aplausos sino que vengo a decir lo que siento y, más que nada, a dialogar con Uds. por la responsabilidad de ser el Presidente de Chile. Vine aquí hace 4 meses, en vísperas de la discusión del Pliego. Estaba este Teatro repleto de gente, como ahora, y expuse una manera distinta de negociar el Pliego.

No tuve eco. No entendieron los compañeros, que para ellos -inclusive desde el punto de vista material-, iba a resultar, al final, más provechosa la fórmula que yo planteaba y que había estudiado con los compañeros de CODELCO y con los dirigentes de la Empresa.

Es cierto que en esa época no existían los Comités de Administración ni los de Producción. Sin embargo, se discutió el Pliego tradicional. Tengo que reconocer la actitud consciente, responsable de todos los dirigentes sindicales.

Es lo único que voy a decir de orden político. Hubo una campaña brutal, destinada (como nunca antes yo pude imaginarme) a que hubiera una huelga.

Radios y prensa que durante un siglo nunca supo de la existencia de los trabajadores, que si se acordaron de esos Pliegos fue para decir que eran pretensiones absurdas, señalaban como cifras bajas e injustas las que el Gobierno entregaba responsablemente.

Nunca fueron más estimulados algunos sectores para que hubiera una huelga, sin pensar lo que significaba esa huelga para el interés de Chile y para la conciencia que debían demostrar los trabajadores.

Por eso digo y reconozco que mis planteamientos no tuvieron eco. Pero agradezco la actitud de los dirigentes sindicales y, sobre todo, de los trabajadores del cobre que no se dejaron presionar. No fueron a la huelga y le hicieron un gran servicio a Chile y, además, se hicieron ellos mismos un servicio, porque no perdieron ingresos y porque, sobre todo, demostraron una nueva conciencia, una conciencia revolucionaria y patriótica. (Aplausos).

Sin embargo, el decir esto no es que incursione en política haciendo aseveraciones: tengo en mi archivo más de 70 artículos publicados en esta Provincia, las cintas grabadas de algunas de las radios de aquí y también los artículos publicados en Santiago en determinada prensa. Por lo tanto, tengo derecho a decir que se pensaba que Chuquicamata iba a ser un volcán.

Hay algunos vicios que hemos heredado. Hay que ponerle atajo a esos vicios. Por ejemplo, el año 1970 el último año del Gobierno del Presidente Frei, después de arreglado el Pliego de Peticiones se dejó de producir 36 mil toneladas de cobre, por huelgas parciales, por paros en las distintas secciones. 36 mil toneladas de cobre significan 36 millones de dólares, ¡36 millones de dólares! Tomen en cuenta Uds., compañeros, lo que eso significó.

El año 1971 cambiaron algo las cosas. Hubo menos huelgas y menos paros parciales; pero de todas maneras, éstos alcanzaron a 37 paros o huelgas parciales. Esto significó una menor producción de 14 mil toneladas de cobre, el año 1971. Bastante menos que el año 1970, pero 14 millones de dólares menos.

Cuántas casas, cuántos hospitales, cuántos caminos, cuántas escuelas, cuántas bibliotecas se pudieron haber hecho con esos 14 millones de dólares. Cuánto se habría podido mejorar la propia vida de Uds. aquí, en todos los campos de la actividad social, con un porcentaje de esos 14 millones de dólares que debieron haber entrado.

Cuanto más se podría haber hecho, por la provincia de Antofagasta. ¿Por qué digo estas cosas?

Porque también, compañeros, esto ha seguido produciéndose.

El 40% de las pérdidas del año 1971 se debieron a la huelga de los supervisores. Pero el año 1972 ya se han perdido 2.500 toneladas métricas en paros y huelgas ha habido siete.

En el mes pasado, el paro en la Fundición de Sulfuros representó una pérdida de 5 millones de dólares ¡5 millones de dólares en pérdidas en el paro de la Fundación de Sulfuros!

Cuántos caminos, cuántas escuelas, cuántos litros de leche, cuántas pensiones de ancianos que podrían haberse mejorado.

Compañeros del cobre: yo les pido que piensen en esto. Uds. tienen la obligación de pensar.

Compañeros trabajadores del cobre: Se han arreglado los convenios en este trato directo entre Uds. que administran la Empresa, porque Uds. han elegido a sus compañeros y porque no puede haber contradicciones entre los sindicatos y la Administración. No podrá haber jamás falta de diálogo entre CODELCO, la jefatura de las empresas y los trabajadores, y mucho menos entre Uds. y el Gobierno, porque este es el Gobierno de Uds. Compañeros, no podemos caer en esto que significa que por un problema pequeño o mediano se pare una sección porque esto repercute en el resto de las secciones. Y ya tenemos este año una pérdida sólo en la Fundición de Sulfuros de 5 millones de dólares.

Lo mismo ha ocurrido hace algunos días en la CAP. Estuve allá el día en que se cumplía un año de la Nacionalización de la CAP. Estaban los grueros en huelga y eso me dolió profundamente.

Iba el Compañero Presidente de la República que había cumplido con los trabajadores de la CAP, porque cuando fui como candidato les dije: “Voy a reincorporar a todos los trabajadores que fueron exonerados injustamente”, y se cumplió. Voy a nacionalizar la CAP”, y se cumplió.

Cuando vine a Chuquicamata, dije: “Voy a nacionalizar el cobre”, y si aquí no obtuve mayoría, no me importa. Es necesario que el cobre sea de los chilenos y he cumplido. Por ello, tengo autoridad moral para decirles a mis compañeros trabajadores, que no es posible el abuso con paros parciales, de pequeñas o medianas huelgas, porque eso lesiona la economía de Chuquicamata, la de Antofagasta y la economía del país, porque niños, adultos y ancianos sufren las consecuencias de estos paros, que no deben producirse en empresas estatales que manejan Uds. mismo compañeros. (Aplausos).

Hay otros vicios que hay que desterrar y también han sido heredados. Tenemos que respetar las instrucciones del trabajo. Tenemos que cumplir los horarios, compañeros.

Las clasificaciones deben ser resueltas por acuerdo entre Sindicatos y Dirección, no por medios de conflictos.

 

La moral de una sociedad distinta

Hay que cuidar los equipos compañeros (Chile pasa por horas muy duras. Ya les voy a explicar a Uds. por qué y en qué magnitud) para nosotros los repuestos son esenciales, los repuestos nos solucionan problemas. Lo fundamental es cuidar, compañeros, las maquinarias, los motores. Todo lo que se usa y se emplea para la producción, desde las cosas más pequeñas hasta las más grandes, porque, compañeros, esto es lo esencial y lo vital. Así como nosotros hemos querido -y ya es cierto, que el hombre no es una máquina más- así el hombre liberado que dejó de ser una máquina y un número, para pasar a ser una conciencia creadora, debe entender que él y la máquina están fusionados en el proceso de trabajo y la producción, que la máquina lo libera más, porque contribuye -bien manejada y cuidada- a la liberación no sólo de él sino que de su familia y de su país.

Compañeros, tienen que preocuparse y muy seriamente de esto. Además hay que fiscalizar el sobre tiempo, para que no haya abuso que resquebraje la moral. Y la moral de los trabajadores, no es la moral de los burgueses ni la de los capitalistas. Porque si hay algo que debe cambiar cuando se lucha por una sociedad distinta, es el concepto de la moral.

En la moral del capitalismo la explotación del hombre por el hombre, es la característica esencial. La moral de una sociedad distinta que camina al Socialismo -entre otras cosas- está el respeto por sí mismo y la obligación de respetar las normas y las disposiciones que implican el cumplimiento correcto de obligaciones.

No le debe ser indiferente a un compañero, aunque él no haya abusado, que otro abuse y reciba un pago que no merece por el sobre tiempo, porque con ello se está lesionando la economía general de la empresa y se está resquebrajando la moral. Debe ser una moral muy rígida y muy dura la de los trabajadores.

Muchas veces he dicho, que la revolución implica, sacrificio, generosidad, desprendimiento, y por eso le he enseñado al pueblo aquello que dice: “La Revolución comienza primero en las personas que en las cosas”. Esta Revolución es fundamental en la conciencia de los trabajadores.

No concibo trabajadores que estén jugando naipe a la hora de trabajo. (Aplausos).

No concibo trabajadores que estén jugando fútbol en horas de trabajo. (Aplausos).

¿Qué dirían Uds. si fueran al hospital y los médicos estuvieran jugando dominó o ajedrez?

¿Qué dirían Uds. si me fueran a ver a La Moneda y yo estuviera bailando tango? (Risas). ¿Qué dirían, Uds., compañeros? Uds. reclaman si van a una oficina pública y ven que no son atendidos en la forma que deben serlo. Uds. reclaman si van al hospital en la noche y el médico no está ahí, “al pie del cañón” como se dice.

Bueno compañeros, a Uds. se les paga por trabajar. Y sin querer establecer diferencias injustas, por lo menos tienen que saber Uds., que si no ganan grandes sueldos y salarios, son los mejores trabajadores chilenos.

Por lo tanto, compañeros, una obligación elemental: al que se le paga por trabajar las 8 horas debe trabajar las 8 horas y si no, está estafando al pueblo. (Aplausos).

La compañera Tencha me anota que las compañeras son las que aplauden más. Esto me trae un recuerdo que voy a exponerles a Uds.

Los obreros de El Salvador, presentaron un Pliego, discutieron con el Ministro de Minería de esa época Orlando Canturías, actual Ministro de Vivienda. Discutieron con CODELCO.

Se les dio una cifra de reajuste, la rechazaron.

Volvieron al mineral, las asambleas rechazaron, se declararon en huelga y se fueron a hablar conmigo. Yo les dije: ni un décimo de centavo más. Nosotros dimos la cifra final y Uds. vuelven a su trabajo.

Como era una huelga legal dijeron, nosotros vamos a seguir la huelga todo el tiempo que sea necesario, hasta que Ud. ceda, Compañero Presidente. Les dije, pierden el tiempo. Yo tengo varios recursos, todavía, que no voy a usar: Renovación de faenas. Váyanse al Mineral; volvieron al Mineral.

Es cierto que durante el tiempo que estuvieron en huelga (que fueron 8 días). Pintaron, asearon, recuperaron en mineral como 600 mil dólares.

Pusieron en marcha máquinas que estaban paralizadas hacía tiempo.

Pero llegaron al octavo día de huelga, y ¿qué pasó? que las compañeras conversaron en serio esto. Llamaron a los dirigentes sindicales y les dijeron: “Miren compañeros, esta huelga es injusta, esta huelga no es contra los gringos. Ahora la Empresa es nuestra. Esta huelga es contra El Salvador, es contra el Gobierno, esta huelga va en contra del país. Así que vuelvan al trabajo y, si no quieren volver, nosotros no vamos a cocinar para Uds.” (Risas y Aplausos).

Y aunque Uds. no lo crean este fue uno de los factores fundamentales. Volvieron al trabajo y lo que es mejor cuando fui a El Salvador al día siguiente, que volvieron al trabajo, a agradecerle a las compañeras y a los compañeros que hubieran vuelto, se comprometieron a trabajar horas gratis, voluntarias, para recuperar la producción de los ocho días que habían estado en huelga.

¡Qué gran actitud moral de los compañeros y cómo yo supe entender que se habían obcecado, primero, pero que después habían actuado como trabajadores revolucionarios, con una nueva conciencia y una nueva mentalidad! Y, además ¡qué magníficas mujeres las de El Salvador! (Aplausos).

Casi me equivoco (Risas) dije: las mujeres de El Salvador y casi digo: “¡Qué magníficas mujeres de Salvador!”, habría sido tremendo, con Tencha aquí. (Risas).

 

Que se respeten las leyes de Chile

Compañeros, y les decía que estamos viviendo horas duras y difíciles; y vinculada al proceso del pago de la deuda externa de renegociación, la producción de cobre.

Pero hay algo más todavía; la nacionalización del cobre, paso trascendente en la vida de Chile; necesaria, fundamental, básica para poder desarrollar nuestro país, se hizo sobre la base de un proyecto que yo enviara al Congreso, como Gobernante de Uds., como Compañero Presidente y para cumplir con el punto más importante del Programa de la Unidad Popular.

Mandé el Proyecto de Reforma Constitucional que permitiera nacionalizar el cobre.

Pues bien, el Congreso, donde no tengo mayoría, donde no hay una mayoría adepta al Gobierno, al contrario -hay una gran mayoría opositora al Gobierno-, por unanimidad aprobó la iniciativa del Ejecutivo en sus puntos esenciales y le introdujo algunas modificaciones.

Además, agregó algunos artículos.

Entre las atribuciones que se dio al Presidente, figura la de fijar cuáles eran, a su juicio, las sobre utilidades obtenidas por las empresas, cosa que hice ya.

Por otra parte, le daba al Presidente la atribución de decir, si se pagaba o no íntegramente las deudas que tienen las compañías. Porque las compañías tienen 726 millones de dólares en deuda.

Estudiamos el problema y vimos que sólo el crédito de la Braden a El Teniente, podía ser objeto de un estudio, ya que los otros créditos tenemos que pagarlos.

Estudiamos esta deuda y mientras estábamos estudiando, a pesar que se había firmado un decreto y se había publicado, diciendo que en marzo daríamos nuestra palabra final, a pesar de haber hablado con el Presidente de la Kennecott, en Santiago, y haberle dicho que se le iba a pagar, casi con seguridad, un porcentaje cercano al 90% o quizás más, de la deuda, se presentó una querella en contra nuestra y se embargaron las cuentas de CODELCO y las cuentas del Banco Central; porque no sólo se querellaron contra El Teniente, contra CODELCO, sino contra el Estado chileno.

Dicté un decreto y rebajé tan sólo en 8 millones 400 y tantos mil, dólares la deuda que es de 95 millones, con los intereses. Es decir, en esencia, vamos a pagar 716 millones de dólares que son los créditos que obtuvieron las compañías para hacer sus planes de inversiones, porque en lugar de reinvertir utilidades se las llevaron, contrajeron créditos, deudas y con ellos hicieron planes, algunos de, los cuales han fracasado, como en el caso de El Teniente.

Además, se habían emitido documentos, para pagar el 51% de las acciones de Chuquicamata (antes ya había pagado el Estado chileno el 49%) se emitieron lo que se llaman pagarés, a la Empresa internacional Anaconda.

La Constitución Política, aprobada por unanimidad, mejor dicho la Reforma Constitucional aprobada por unanimidad, establece que el monto de los pagarés, de la Anaconda, será deducido según el monto de la indemnización. Es decir, que en esta cantidad lo que determinará, es un tribunal, es el Tribunal Constitucional, si aún no ha terminado el proceso. Si no hay indemnización los pagarés no se cancelan según la Reforma Constitucional; esto depende del Tribunal Constitucional y de la opinión dada por el Contralor General de la República.

Claramente, entonces, la Constitución le prohíbe a CODELCO que es el que ha firmado estos pagarés y que están avalados por la CORFO: pagar antes que el Tribunal Especial del Cobre resuelva.

Sin embargo, la empresa Anaconda, ha entablado querellas contra la CORFO y contra CODELCO, y ha embargado las oficinas de CODELCO y los muebles de CODELCO en EE.UU. Por suerte, los muebles era arrendados y las oficinas también. (Risas). Pero hay un hecho moral, hay un hecho moral muy serio, en el momento que estamos renegociando la deuda aparecemos como morosos ante el país, en el caso concreto de la Braden. Y en este caso, se está atropellando el derecho de Chile a dictar sus propias leyes. Ha sido el Congreso de Chile por unanimidad, el que aprobó esta disposición, y el Congreso de Chile tiene 160 años de funcionamiento. Sólo el Congreso de Inglaterra y el de EE.UU. son más viejos que el Congreso de Chile. Lo que pasa es que parece que para los países grandes y poderosos; o para las empresas monopólicas-y los grandes imperios económicos, no tienen dignidad de independencia los países pequeños. Se atropella a Chile, se le demanda, se le coloca como moroso, en circunstancias que hay un mandato de la Reforma Constitucional que obliga al Gobierno y en las empresas que dependen del Gobierno a cumplir con la Constitución.

Yo recurriré a todos los caminos para que se respeten las leyes de Chile, la independencia y la dignidad de Chile. (Aplausos).

 

Integración de la producción cuprífera

Entre otras cosas ¿por qué viene hoy a Chuquicamata?

Por lo que les dijera al comienzo de mis palabras y por un hecho trascendente de extraordinaria importancia. Están aquí los técnicos del Ministerio, de CODELCO, los señores generales del Ejército y de la Aviación y el señor Almirante que representa a las Fuerzas Armadas en las empresas cupríferas. Está aquí el Ministro de Minería. Están invitados por nosotros -y nunca antes ocurrió un hecho igual-, los ingenieros que vienen en representación del Instituto de Ingenieros y del Colegio de Ingenieros de Chile. Están aquí técnicos de El Teniente, los ingenieros de la Universidad del Norte presididos por su Rector don Miguel Campos, y los técnicos rumanos; y, fundamentalmente, representando a su pueblo, a su Gobierno, a su Patria, el señor Embajador de Rumania. (Aplausos).

Todas estas destacadas personalidades se encuentran aquí, porque hoy se iba a poner a prueba un nuevo procedimiento que cambia la carga que antes se usaba en los hornos.

Se usa todavía en los hornos cilisical y se pone el concentrado.

La investigación qué se hizo ahora, en el horno piloto ya se hizo en escala semi-industrial e industrial.

Pero no puede ponerse de inmediato en marcha, a pesar de que los resultados han sido positivos, porque hay que cambiar el piso de los hornos.

Yo aquí miro y hablo con mucha precaución porque no entiendo el problema, y eso debería exponerlo un ingeniero. Pero he querido hacerlo yo porque es una manera de simplificar, para que todos los trabajadores, sobre todo, las compañeras lo entiendan.

Lo saben, claro, los que trabajan en la fundición, pero el resto de los trabajadores lo ignora.

Se trata, entonces, de cambiar la carga de los hornos. Y, en vez de cilisical, poner sulfato de sodio y carboncillo. Y, además, por cierto, concentrado.

El sulfato de sodio es un subproducto del salitre, es un derivado del salitre. ¿Qué importancia tiene el que podamos aplicar esta nueva mezcla, que es un nuevo procedimiento no ensayado en ningún país, del mundo, hasta ahora?

Primero, que disminuye el punto de fusión del eje, aumenta la capacidad de producción, disminuye los costos y, sobre todo, abre el mercado para la producción de los derivados del salitre y del salitre mismo-. En este caso, el sulfato de sodio. Pero, además -y esto es lo importantísimo- vincular, hacer con esta nueva misión una integración del proceso de la producción cuprífera, con las riquezas naturales del país, que necesitamos vitalizar o utilizar para impulsar el desarrollo general de la nación.

Si hay un hecho doloroso es el salitre. Chile botó la riqueza salitrera. Chile no supo administrar esa riqueza. Se ganaba demasiado, estaba en manos de particulares ávidos de ganar. Había una “mafia” -y empleo esa palabra, porque tengo derecho para emplearla-, que manejaba a través de la Corporación de Ventas de Salitre y Yodo, todo el proceso de producción de salitre.

Recuerdo que siendo Vicepresidente del Senado pedí que se me entregaran los costos de producción y, se me contestó que no podía hacerse porque era material estratégico.

Pedimos que se nos dieran los sueldos de los mineros que viviendo en Chile recibían dólares y los sueldos en dólares que recibían chilenos en el extranjero. Y al Vicepresidente del Senado, un poder del Estado, se le negaron los antecedentes. Cuando se discutió la ley del Referéndum Salitrero, los parlamentarios que nos opusimos a esa ley, fuimos vilipendiados públicamente. El tiempo, por desgracia, nos dio la razón, ahí está el fracaso.

Chile que era país que producía el 70% del consumo del Nitrógeno del mundo, ha devenido en un país que no produce ni siquiera el 1%.

Es cierto que nació el salitre sintético pero ahí estaba como gran posibilidad, para una industria química pesada, como base el salitre. No se hizo. Ahí estaba la posibilidad del abono, y no se hizo.

Ahora, entonces, nosotros hemos empezado a caminar de manera distinta y puedo así rendir un homenaje a los trabajadores del salitre, que aumentaron la producción de 580 mil toneladas del año 1970 a 810 mil toneladas el año 1971. Es cierto que no tenemos mercado para todo este salitre, pero, es cierto que podemos entregarle y debemos entregarle a costos bajos el salitre a los agricultores, porque esto significará mayor alimento, y alimentos más ricos para el consumo del pueblo, Ya hemos rebajado los intereses a los agricultores que compren salitre de enero a abril, porque no tenemos suficientes bodegas para acumular el salitre a lo largo de Chile y, lamentablemente, los agricultores aunque pagan más, compran salitre en el último momento.

Ahora les hemos rebajado un 18% a los agricultores particulares y un 12% a los campesinos del área reformada, porque ellos pagaban menos y con este 12% todavía están en mejor situación que los privados.

Este proceso que nosotros creemos que podemos decir ya es un éxito, tendrá que ser sometido a algunas pruebas más, representa una concepción audaz y creadora, y por sobre todo, implica el vincular el proceso de la producción de cobre con riquezas que están muertas casi, como el salitre. Al poner en marcha ese procedimiento aquí en Chuquicamata, se necesitarían 200 mil toneladas de sulfato de sodio y el conocimiento de este procedimiento abriría quizás mercados para este producto a escala internacional.

Señalaré un hecho de extraordinaria importancia. Si acaso países del capitalismo nos cierran las puertas, nos limitan los créditos; si acaso empresas monopólicas que explotaron el cobre y a Chile; si acaso las compañías del cobre cometen la ignominia de arrastrarnos a tribunales extranjeros para presentar a Chile como un país que no cumple sus compromisos, se abrirán otras puertas, de otros países que tienen un sentido distinto de la vida, de la economía y de la historia, trayéndonos la ayuda técnica y científica. Esto se ha expresado en la creación del Instituto Tecnológico patrocinado por la Universidad del Norte, por el Gobierno de Rumania y el Gobierno de Chile y, gracias a eso, ha sido posible dar este paso que puede ser trascendente, revolucionario y creador en la producción del cobre, significando extraordinarias ventajas para Chile y su pueblo. (Aplausos).

Quiero destacar, en primer lugar, a quienes han cooperado con el profesor, Doctor Nicolás Marinescu, técnico rumano que ha tenido a cargo la experiencia y quien concibió este procedimiento. Han cooperado ingenieros de la Universidad del Norte, entre ellos: Juan Soto, Francisco Hevia, Osvaldo Domic y Juan Pallín. Enseguida han cooperado también a estas experiencias trascendentes: técnicos, trabajadores de Chuquicamata. Entre ellos: Ivo Dilaberia, Héctor Gallo, Henri Watuin, Carlos Leal, Patricio Torrejón, Heriberto Álvarez, Omar Rivera, Guido Ventura, Carlos Narváez, Manuel Loyola, Luis Valencia y Héctor Rojas. Son ellos trabajadores, analistas, metalurgistas, ingenieros, superintendentes, etc. Para el profesor Marinescu, que nos trajo desde Rumania la solidaridad científica, generosa, para todos sus colaboradores y para mis compatriotas que han trabajado junto al doctor Marinescu, para los ingenieros de la Universidad del Norte, y para los trabajadores de Chuquicamata, mi felicitación calurosa, en nombre del pueblo y del Gobierno chileno. (Aplausos).

Es indispensable que este convenio leído aquí, se discuta y se analice. Deseo firmarlo antes de regresar a Santiago. Será uno de los hechos más importantes de mi presencia en el Norte.

Debe discutirse muy claramente, conversarse y analizarse lo que es la posición de los trabajadores en esta industria estatizada. Uds. son dueños de esta industria, Uds. forman parte de su administración. Pero, al mismo tiempo, son asalariados; hay, entonces, una aparente contradicción. Como dueños de la industria (lo son porque esta industria pertenece al pueblo de Chile y Uds., son parte del pueblo de Chile) la administran, porque eligen un Comité de Administración y, además, tienen sus dirigentes sindicales. Los dirigentes sindicales tienen que luchar por las reivindicaciones, que no son sólo económicas. Pero -aquí está el proceso revolucionario-, tiene que haber siempre el diálogo y un punto de concordancia entre los dirigentes sindicales y el Consejo de Administración. Debe haber un Comité Coordinador, que pueda, en realidad, orientar, dirigir y analizar, en las condiciones más armónicas, el trabajo.

Este es el cambio revolucionario, que Uds., tienen que empezar a vivir.

Ya a través del convenio que aquí se leyó, se han visto distintos aspectos que van a ser considerados. Yo quiero sólo insistir en un aspecto que me interesa sobremanera.

Junto con los tópicos leídos por el Compañero Presidente Zonal de los trabajadores del cobre, quiero agregar que he incluido un programa especial para el Hospital de Chuquicamata. Este programa señala que hay que preocuparse de la rehabilitación de los accidentados.

 

Abrir el hospital a la comunidad

En 1971 hubo 2.800 accidentados. La seguridad en el trabajo, al igual que la higiene industrial; está en pañales en muchas industrias, pero en ésta deben estar en mejores condiciones; por lo menos se ha hecho gala de ello durante muchos años, y yo creo que también hay que inculcar un sentido de responsabilidad a los trabajadores.

De estos 2.800 accidentados hay 300 inválidos parciales, actualmente mantenidos, y en servicio, y no son útiles para la compañía. Pero, además, nos interesa su aspecto humano el hecho de que estén inválidos parciales, y aunque reciban una paga nos preocupa que se reincorporen plenamente y la rehabilitación es algo que precisa tiempo, pero es algo que hay que encararlo desde el punto de vista técnico, en condiciones distintas.

Nos interesa decirles a los trabajadores algo que a veces no les gusta que yo les diga, pero como no ando buscando Aplausos se los manifestaré. Además, yo sé lo que va a pasar aquí, los trabajadores no van a aplaudir, pero las compañeras van aplaudir a rabiar. Tanto, que les voy a decir que no aplaudan más.

Vamos a desarrollar a través del hospital, un plan de lucha antialcohólica. (Aplausos).

Los compañeros no aplauden, algunos se ríen, otros se ponen colorados y miran hacia abajo, pero las compañeras aplauden todas, porque ellas son las que sufren las consecuencias.

El año 1971 hubo dos millones de horas-hombre de ausentismo, ¡dos millones horas hombre!

Calculen Uds., lo que representa eso en la merma de la producción, en la inconexión de una sección con otra y las posibilidades de accidente.

Un buen porcentaje de este ausentismo se debió al alcoholismo.

¡Compañeras y compañeros trabajadores!, he dicho siempre que la enfermedad social más grave de Chile es el alcoholismo.

En Chile hay más de 200 mil alcohólicos crónicos, y no se puede tratar a más de 3.000 al año.

El incremento del alcoholismo es brutal. Lamentablemente, en esta política nuestra de redistribuir el ingreso o sea que la gente que ganaba menos, gane más, se ha visto que un porcentaje muy alto de este mayor ingreso se dedica a un mayor consumo de alcohol y a fumar más.

Uds., han visto cómo los diarios dijeron que faltaban los cigarrillos, y la empresa que es inglesa, que no la hemos nacionalizado dijo que todos los años aumentaba la producción de cigarrillos en el 1% más o menos, que el año 1971 había aumentado en 25% y faltaban los cigarrillos. Es decir, la gente fuma más, y la gente bebe más.

Estando en Magallanes, me preocupé por saber, qué aumento había habido en la carga que llegaba a Puerto Natales y pude, lamentablemente, comprobar que el 90% de aumento de la carga eran chuicos de vino. (Risas).

Cuántos son los accidentes. Piensen Uds. una cosa: este país es el que tiene más accidentes en automóvil, en el mundo. No sólo en este “camino de la muerte” que vamos a arreglar, desde aquí de Calama a Antofagasta o este camino de Chuquicamata a Calama. (Aplausos).

Los accidentes, en la carretera son brutales. Muchas veces muere un hombre joven, un padre de familia, inclusive han muerto el padre y la madre dejando huérfanos, niños inválidos. No hay día del año que no haya un accidente. En las industrias pasa lo mismo.

Las riñas por exceso de alcohol son otro hecho brutal.

Compañeros, yo les hablo como médico, les hablo como Presidente, más que eso, les hablo como viejo compañero. Yo no soy un puritano exagerado y torpe. Lo he dicho públicamente (claro que la “Tribuna” sacó la cuenta de cuántos litros de vino me había tomado a lo largo de mi vida), lo digo honestamente: me tomo 1/2 botella de vino al día, por lo menos; pero, me lo tomo a la hora de almuerzo o a la hora de comida. Y eso no hace daño. Tomo un “pisco” antes de almuerzo y un “pisco” antes de comida. A veces me tomo un whisky; no siempre, porque es muy caro.

Tenemos que abrir el Hospital a la comunidad y crear, compañeros, hacer campañas, por ejemplo, frente a la diabetes, etc., aparte del alcoholismo.

Además, tenemos que establecer un Departamento de Medicina Industrial. Aquí hay un alto porcentaje de silicosis. Enseguida, hay un alto porcentaje de obreros que tienen disminución de la audición, por ruidos, debido a que trabajan en sectores donde se golpea muy fuerte.

Hay otros riesgos como intoxicación con gases de plomo, selenio. Tenemos que vincular este Hospital a la Medicina chilena. Esto fue, aunque había médicos chilenos, un feudo al margen de la Medicina del país y nosotros tenemos que vincularlo al proceso general de la Medicina.

Quiero señalar y agradecer a los colegas médicos que hacen trabajos voluntarios. Yo he criticado algunos sueldos con que se ha contratado algunos médicos, pero quiero señalar que en marzo, terminados estos contratos, van a ser re contratados en condiciones distintas y, por último, los médicos que reciben aquí un alto ingreso, deben entender que la Medicina es funcionarizada y que los médicos aquí deben actuar como funcionarios y que los médicos aquí, deben estar al margen del ejercicio liberal de la profesión. (Aplausos).

Ya se eliminó, me parece, la separación arbitraria que había entre un piso en que se atendía sólo supervisores y no al resto de la gente. Es igual el supervisor que el obrero, la esposa de un modesto obrero, que la esposa del Gerente General. El hospital no puede establecer clases sociales. El hospital debe ser para todos atendidos en la misma sala, como se opera en el mismo pabellón. (Aplausos).

 

Buscaremos uranio y petróleo

Compañeros, llegó la hora de terminar esta dilatada conversación. Y bien les dije al principio que no era un acto político, a pesar que en el fondo hay acto político; pero, es una política al servicio del país, no es una política partidaria o partidista. Así como en el día de hoy hemos dado un paso trascendente, así les puedo decir, también, que con la cooperación técnica de los países socialistas y, fundamentalmente, en este caso -porque lo he solicitado-, de la Unión Soviética, buscaremos uranio y buscaremos petróleo aquí.

Puedo asegurar que petróleo hay y cerca de Chuquicamata. Veremos si somos capaces de encontrar el petróleo.

En cuanto al uranio; gastaremos todas las energías posibles, recurriremos a la Unión Soviética y a la ayuda de todos los países que nos la quieran prestar. Pero Chile que tiene cobre, tiene que tener uranio. Descubierto el uranio habremos dado el paso más trascendente para incorporar a Chile al proceso de la Energía Nuclear, que nos colocará en la órbita de los países que tendrán un destino distinto. Hay que encontrar el uranio.

Buscaremos el uranio, buscaremos el petróleo, ahora, aquí, como lo estamos buscando en la plataforma marítima del litoral, frente a Concepción. Estas son las grandes líneas, en este aspecto, del Gobierno que presido: uranio para Chile y los chilenos y más petróleo para Chile y los chilenos. (Aplausos).

En el día de hoy, simplemente, se han realizado algunas cosas, que por ser sencillas no traducen el contenido que tiene este Convenio que se va a estudiar y que espero firmemos.

Además, he ido a visitar lo que era la casa del Gerente General que será un maravilloso jardín infantil al igual que hay que habilitar la Guardería del Hospital y si no es suficiente, habrá que hacer otra guardería, pero aquí habrá Guardaría Infantil y Jardín Infantil para los hijos de Uds. (Aplausos).

Hoy día soy huésped de los compañeros dirigentes sindicales. Soy el alojado de ellos, siendo Presidente de la República, no soy huésped de los dirigentes, no estoy alojado en la casa del Directorio; estoy alojado en la casa que hoy se entregó a los dirigentes sindicales. La que era el símbolo del poderío, la que era el símbolo de la extraterritorialidad nacional, el símbolo donde los obreros y muchos empleados nunca pudieron llegar. La casa del Directorio es hoy la casa de los trabajadores del cobre, a través de sus dirigentes sindicales. Debe ser la Casa de la Cultura, la Casa del Libro, la Casa de la Música, la Casa del esparcimiento sano. No puede ser un club más. Debe ser la Casa de la Cultura de todos los trabajadores de Chuquicamata. (Aplausos).

Al entrar aquí, el Himno Patrio fue tocado por el Orfeón de Carabineros. Ese mismo Orfeón ha tocado en la Pampa Salitrera. Esto indica un nuevo espíritu y una nueva mentalidad. Pero hay algo más, compañeros: por primera vez en la historia, un pelotón de soldados chilenos del Regimiento “Esmeralda” aquí en Chuquicamata le ha rendido honores al Jefe del Estado.

Mientras revistaba las tropas, oía la Canción Nacional y veía izada la bandera de la Patria mecida por el viento de Chuquicamata, pensaba, compañeros, en aquellos que antes de nosotros lucharon tanto por esto. Pensaba en los trabajadores que supieron de la represión, en los que murieron, en los que fueron relegados y los que fueron perseguidos y echados de esta empresa. Pensaba en años y años de lucha. Pensaba que cuando yo vine a proclamar a Pedro Aguirre Cerda, no pude entrar ni a Chuquicamata, ni a Pedro de Valdivia, ni a María Elena. Tuve que proclamar al Presidente Pedro Aguirre Cerda -maestro y estadista, cuyo recuerdo perdura en el corazón agradecido de Chile-, en la Pampa Salitrera y fuera de aquí, del mineral.

Han pasado los años y hoy día he recibido como Presidente de Chile los honores que me corresponde. He visto como nunca, más grande, más claro, más diáfano, el porvenir de la Patria con un sentido distinto, con un hondo y verdadero patriotismo que nace de una conciencia que quiere una Patria tibia y humana para todos los chilenos. (Aplausos).