Salvador Allende

La integridad moral de Tohá. Palabras en el acto de apoyo a José Tohá 


Pronunciado: Diciembre de 1971.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 3 de febrero de 2016.


Queridas compañeras y estimados compañeros:

He querido ser yo quien les dirija unas breves palabras. En primer lugar, agradezco la adhesión de ustedes al compañero y amigo, Ministro del Interior, José Tohá. (Ovación).

Quiero, además señalar que esta concentración es espontánea y yo ignoraba totalmente la posibilidad que existiera. Ello le da mayor valor, mayor contenido y significación.

Quiero eso sí, una vez más, ser absolutamente claro con ustedes. Desde hace largos años, he contribuido con otros hombres a formar conciencia política en las masas populares y a señalar cuál es el camino que el movimiento popular chileno, que la Unidad Popular se ha trazado cual es la llamada vía chilena. Dije también, en el momento oportuno, que si era difícil ganar las elecciones, sería mucho más difícil la etapa entre el día de las elecciones, vale decir, entre el 4 de septiembre de 1970 y el 3 de noviembre de ese mismo año, y agregué que más difícil aun sería la etapa destinada a hacer los cambios que la realidad económica de Chile necesita y reclama. Por eso, los hechos han comprobado la verdad de lo que siempre dije al pueblo y aseveré: un proceso revolucionario realizado dentro de los cauces de una legislación que no es la nuestra, es un hecho que causa inquietud, interés y admiración, más allá de nuestras fronteras y es un proceso extraordinariamente difícil. Nosotros queremos que en realidad este proceso se cumpla, porque nos hemos comprometido a ello, dentro de los cauces y las normas que vamos a cambiar. He dicho frente al pueblo, que de acuerdo con nuestra propia Constitución, vamos a cambiar la Constitución porque necesitamos una Carta Fundamental que se avenga a una realidad diferente como es la que empezará a vivir Chile, cuando plenamente el Gobierno Popular pueda hacer los cambios fundamentales y esenciales y transformaciones jurídicas y constitucionales que una nueva sociedad reclama y exige. (Aplausos).

Por lo tanto, cada hombre y cada mujer del movimiento popular, sobre todo, cada joven, debe entender su propia responsabilidad. Ni aseveramientos prematuros ni claudicaciones ni comercio del Programa ni transigencia con los principios. Voluntad acerada. (Aplausos).

Voluntad acerada de cumplir y decisión de respetar los compromisos contraídos. Los derechos de la oposición, los hemos ejercido nosotros cuando éramos oposición; por lo tanto, midan ustedes y pesen mis palabras, yo sé también distinguir perfectamente bien y el pueblo sabrá hacerlo: la diferencia que hay entre oposición y sedición. (Aplausos).

El pueblo debe entenderlo: hemos respetado y respetaremos la oposición que se realice dentro de los cauces legales y constitucionales, pero al mismo tiempo tendremos una actitud vigilante y alerta e iremos entregando al pueblo antecedentes, para que también esté alerta y vigilante. Eso no significa que nosotros tengamos dudas y temor, somos un Gobierno auténticamente elegido por el pueblo y ratificado por el Congreso y estaremos aquí por la voluntad popular y la decisión de Chile. (Aplausos).

No queremos que se extremen las cosas ni queremos buscar un enfrentamiento. Pensamos que hay miles y miles de chilenos que no estando dentro de la Unidad Popular, conscientemente vendrán a engrosar nuestras filas o apoyar a este Gobierno por lo que realicemos, por lo que hagamos, por una política nueva al servicio de Chile y de las mayorías nacionales; por una política en donde se termine el compadrazgo, el sectarismo, el dogmatismo, por una política auténtica y moralmente revolucionaria. (Aplausos).

Por una moral política revolucionaria, que implica no sólo honestidad en el manejo económico sino honestidad en la apreciación de su propia capacidad para desempeñar actividades o funciones públicas: moral revolucionaria que significa espíritu de sacrificio. La revolución siempre ha marcado el sacrificio de vastos sectores, yo diría de una generación o más, para que las otras generaciones puedan obtener los beneficios de ese proceso revolucionario que ha necesitado no sólo del sacrificio de la entrega, del renunciamiento, de la generosidad y aun del heroísmo.

Nosotros vivimos una etapa revolucionaria que no tiene precedente en el mundo; a cada minuto tenemos que enfrentamos con hechos y circunstancias que sólo nosotros podemos resolver de acuerdo a nuestra historia, a nuestra realidad, a nuestra idiosincrasia de pueblo y nación.

Por eso, compañeros, yo quiero decirles que tengo conciencia absoluta de que se ha ido acentuando una posición que se ha expresado en resoluciones últimamente y que tienen, indiscutiblemente, como base, un pronunciamiento del Congreso. No tenemos mayoría en el Congreso, nos hemos enfrentado, entonces, a esta oposición.

En el caso de los presupuestos, todo Chile sabe lo que ha significado el despacho de la Ley variando fundamental y esencialmente el proyecto presentado por nosotros. Hablaré al país en dos o tres días más, pero quiero anticipar que hemos recurrido a los resortes jurídicos que tiene el Gobierno, para hacer promulgar tan sólo dos artículos de la Ley despachada por el Congreso para dirigir en el derecho al veto y para presentar frente al Tribunal Constitucional los antecedentes necesarios, para que se eliminen todos aquellos artículos que no dicen relación directa con el Proyecto de Presupuesto. (Aplausos). Esperamos, con tranquilidad, el pronunciamiento del Tribunal Constitucional y mientras tanto, como un hecho significativo, la Contraloría cursó el decreto promulgatorio de los dos artículos, lo cual señala ya que aceptó el planteamiento del Ejecutivo sobre esta materia que es extraordinariamente importante. (Aplausos).

 

La integridad moral

En cuanto a la acusación al compañero Ministro y estimado amigo, José Tohá (Aplausos), muchas veces inclusive desde algunos sectores hubo críticas para él, porque suponían que no era lo suficientemente drástico y lo suficientemente duro. Y por otra parre, es el Ministro a quien se quiere acusar precisamente por suponérsele esta dureza o por suponérsele que ha atropellado la Constitución y la Ley. Yo puedo decirle al pueblo que me merecen confianza todos los Ministros. Pero, me merece una confianza especial José Tohá porque lo conozco hace más de 20 años, porque he caminado junto a él hace más de 20 años y porque, además, es el Ministro que está más cerca del Presidente de la República. (Aplausos).

Para quienes lo criticaron dentro de los sectores de la propia izquierda tuve siempre una respuesta: nunca José Tohá tomó una iniciativa que tuviera un alcance político que no me lo consultara; por lo tanto, la responsabilidad es de él y es también mía y yo he respaldado uno a uno todos los actos del Ministro Tohá; lo digo frente al país. (Aplausos).

Hemos revisado, estudiado y analizado con equipos de juristas de la Unidad Popular, y estimamos que esta acusación no tiene un fundamento jurídico y que José Tohá, a nuestro juicio no ha atropellado la Constitución ni ha dejado de cumplir las leyes. Por lo tanto, tenemos tranquilidad de conciencia, porque todos saben la integridad moral de José Tohá y su lealtad.

Él habría asumido claramente la responsabilidad de cualquier acto, cualesquiera que hubieran sido las consecuencias, pero, al mismo tiempo, tiene el derecho y la obligación de señalar que hay un error y que no es justo que se le haya acusado por hechos que no ha cometido, y mucho menos por haber atropellado la Constitución y la Ley. (Aplausos).

Por eso es que en la mañana de hoy, ha concurrido a la Comisión respectiva del Congreso, donde, durante dos horas, ha entregado los antecedentes suficientes y necesarios y concurrirá a la sala de la Cámara de Diputados y allá expondrá, más ampliamente todavía, cuál ha sido su actitud y cuál ha sido la actitud del Presidente de la República que ha respaldado uno a uno todos los actos del Ministro del Interior. (Aplausos).

Por eso quiero, compañeros, hablarles con esta calma y esta tranquilidad, deseo que lo entiendan perfectamente bien: desde todos los ángulos se acentúa, se intenta, se desea exagerar la crítica, desparramar la información falsa, crear la inquietud. Un hecho anecdótico: un amigo, distinguido profesional, argentino, estuvo aquí desde el día 24 hasta ayer en la tarde. Conversé con él a las 12 del día y me dijo: “¡Qué extraño! Este país acusado de desabastecido, he recorrido -me dijo- los mercados y las tiendas, he visto cómo la gente compraba, he visto cómo había dificultades brutales para entrar a cualquier negocio. Pero he recorrido, porque vine a eso, a estar con los chilenos y pasar estas fiestas con el pueblo, los más vastos sectores de Santiago, te anticipo -me dijo- que he estado en sectores populares, medios y en los sectores altos, en restaurantes regulares, buenos y malos, no por los precios, sino por las condiciones de la comida, y te puedo advertir -me dijo- que hubo restaurantes a los cuales no me pude acercar, en el barrio alto, porque había 4 o 5 cuadras de automóviles que estaban allí. ¿Dónde está el desabastecimiento? He ido a la feria, he tomado 50 fotos -me dijo- frutas como las que he visto en los puestos de ustedes no las he visto en ningún otro país del mundo y así la gente se queja”. (Aplausos).

 

Actitud responsable y patriótica

Detrás de esto hay una maniobra, como lo hubo, sin tener que consumir menos, ya les dije…

(Risas). Hay que trabajar más y tomar menos. (Aplausos). Ustedes no se imaginan cuánto deseaban que se hubiera producido la huelga en Chuquicamata, y ahora, frente a ustedes, lo debo expresar -y no lo había hecho antes- mi reconocimiento a la actitud consciente, responsable y patriótica de los trabajadores de Chuquicamata. (Aplausos).

Pero algún día sabrá el país cómo se presionó, se amenazó, se trató de corromper, cuál fue la propaganda usada, en la prensa, en la radio; cómo se mandaron gentes especiales para crear un clima de tensión, cómo se dijo que el Ministro de Minería había sido prácticamente eliminado de su cargo, por dificultades con el Presidente; cómo se agregó que ésta sería la última posibilidad, porque el próximo año ya no habría reajuste en dinero, que íbamos a suprimir la indemnización por años de servicios, que se iban a acabar las pulperías, por último, que iba a ser imposible trabajar las minas, por la incapacidad. Y ahí está: los obreros de Chuquicamata tuvieron de hecho una posibilidad de la empresa y, además, antes de discutir el fallo y de votar favorablemente la solución, durante meses han hecho trabajos voluntarios y han sacado miles y miles y miles de toneladas del ripio que habían dejado los técnicos americanos imposibilitando el trabajo de la mina. (Aplausos).

Y, ahora, una gran campaña, diciendo que no es posible que vengan técnicos extranjeros. En esas minas, donde nunca hubo un ingeniero jefe chileno, un administrador chileno. Ahora hay jefes chilenos, en el más alto escalafón, técnicos y administradores chilenos, y por primera vez en la historia de Chile ya se ha puesto en marcha la participación directa de los trabajadores y hay un Consejo de Administración compuesto por siete dirigentes, elegidos en la asamblea de los trabajadores de Chuquicamata y por siete nombrados por el Gobierno, de Chuquicamata mismo. (Aplausos). Y, sin embargo, se hace una campaña para hacer creer que si vienen técnicos nosotros vamos a desplazar a los chilenos. Que lo sepan: nosotros somos los que hemos aumentado el número de técnicos y de ingenieros chilenos en Chuquicamata.

Utilizaremos la capacidad de nuestros profesionales, tenemos conciencia que hay profesionales, que no pensando como nosotros, son lo suficientemente chilenos para no sentirse tentados y no tienen conciencia mercenaria para vender sus conocimientos cuando la Patria los necesita. (Aplausos).

Los que durante 50 años bajaron la cerviz y aceptaron que técnicamente se les impusieran las líneas desde fuera, los que se quedaron callados mientras los profesionales chilenos no podían tener cargos de superior responsabilidad, rasgan sus vestiduras para hacer creer que nosotros vamos a traer técnicos que supediten a los chilenos. Íntegramente sé de la campaña que ya han iniciado, pero el pueblo no se deja engañar, y nosotros somos los que mandamos y lo vamos a hacer de acuerdo a los intereses de Chile, y a los intereses del pueblo. (Aplausos).

 

Respeto a la autonomía universitaria

Por lo tanto, quiero decirles también a ustedes en el problema universitario, el Gobierno ha mantenido un escrupuloso respeto a la autonomía universitaria. De un Consejo Normativo, de más de ciento y tantas personas, el Presidente de la República tiene sólo dos representantes.

Debo señalar que el presupuesto no de la Universidad de Chile, sino de todas las Universidades sea la Universidad del Norte, la Católica de Valparaíso, de Santiago, la Austral, la de Concepción, tiene como base fundamental el 99 por ciento, que es el aporte fiscal. Nosotros hemos respetado y respetaremos la autonomía universitaria, pensamos que la Universidad debe estar vinculada a los procesos económicos y sociales de Chile, pero pensamos que eso debe nacer de la propia Universidad.

Frente a las diferencias o dificultades habidas en la Universidad de Chile hemos mantenido -repito- una actitud de prescindencia. Los hechos ocurridos aquí en La Moneda y protagonizados por algunas personas se han entregado a conocimiento de la Justicia y no quiero pronunciarme sobre ellos. Pero sí, quiero declarar que he buscado y buscaré una solución, que permita encontrar una salida justa al proceso universitario porque interesa a Chile, interesa al prestigio de la Universidad de Chile, que ha sido el bastión donde se han preparado miles y miles y miles de chilenos. Universidad que se mantiene por el esfuerzo y el aporte que hacen todos los que en este país trabajan y contribuyen pagando las exigencias legales, las contribuciones y los impuestos, para que, entre otras cosas, las universidades puedan desempeñarse.

Por lo tanto, buscaremos una solución, porque nos interesa que puedan tomarse las medidas administrativas para pronunciarse sobre la ampliación de las matrículas y para cumplir con normas que permitan el funcionamiento universitario, y para que haya un pronunciamiento definitivo, para que se resuelva íntegramente ese problema, y de una vez por todas sepa el país cuál es la voluntad definitiva de la comunidad universitaria. (Aplausos).

Esto -repito- con el más escrupuloso respeto a la autonomía universitaria. Y en el día de hoy, por ejemplo, he tenido el agrado de recibir al rector y al vicerrector de la Universidad del Norte; ellos han firmado un convenio con el Gobierno rumano y con el Ministerio de Minería para crear un Instituto Metalúrgico y además, hacer estudios de química, para hacer posible un inventario que permita proyectar hacia el futuro, sobre la base de la presencia de los técnicos chilenos, una industria química pesada del salitre. Que satisfactorio es ver entonces, como esa Universidad del Norte al igual que otras Universidades chilenas está vinculada a los procesos de la zona o de la región o a los procesos que interesan al país. Por eso, la labor universitaria cada vez será más importante.

Si acaso se mira el engranaje, la vinculación, el nexo, que ella debe tener y la investigación pura que debe hacerse, es también una investigación vinculada al proceso del desarrollo y de transformación que el país requiere, necesita y reclama. Por ello, compañeros, es que nosotros también queremos que cada vez nuestra gente se prepare más, queremos que cada vez hijos de obreros y de campesinos alcancen niveles más altos de educación y de instrucción, queremos una universidad que dé cabida a la mayoría de los jóvenes, y queremos si no todos pueden entrar a la Universidad, pueda haber carreras cortas que permitan aprovechar la capacidad de la juventud, ya que todos los años 70 mil o más jóvenes necesitan estudiar o trabajar para poder cumplir con una exigencia esencial de nuestro país. (Aplausos).

Por eso, compañeros, es que he querido esta tarde ser yo el que les hable, porque ustedes tienen que comprender que cualquiera palabra del Ministro del Interior sería explotada o tergiversada, aunque fuera tan sólo una expresión que no necesita pronunciarla. Él debe sentir y fuertemente, lo que representa la espontánea adhesión de ustedes, la lealtad de ustedes, la conciencia de ustedes, la voluntad revolucionaria de ustedes. (Aplausos).

Por eso es que debemos esperar con tranquilidad, y el Gobierno tomará las medidas dentro de la Constitución y la Ley, para evitar que se consume el hecho político que no tiene base, a nuestro juicio, y que representa indiscutiblemente la etapa superior de una escala en contra del Gobierno de ustedes, en contra del Gobierno del pueblo, en contra del Gobierno que preside el Compañero Allende. (Aplausos).

(Gritos: ¡La izquierda unida, jamás será vencida!).

Es muy importante lo que ustedes corean y gritan: las consignas que no son consignas, la realidad que expresan las frases que pronuncian. Lo interesante es que cada uno de ustedes se convierta en un hombre y en una mujer capaz de llevar la población, al centro de trabajo, a la industria, al taller o a la escuela, la verdad de los hechos, lo acaecido, lo que el Gobierno ha realizado, las dificultades que ha tenido que vencer y las dificultades que no ha podido vencer.

Lo que yo quiero, es que no caigamos, compañeros, en darle a ellos la justificación de lo que quieren, que no caigamos en ninguna provocación y que no nos dejemos provocar. Por ejemplo: Y yo no busco aplausos, este mitin termina aquí y ustedes se dispersan tranquilamente, y una vez más podremos decirle a Chile entero que ni un vidrio roto, ni un auto abollado. (Grito: ¡Al Congreso, compañero!). ¡No compañero, usted no dirige la política, camarada, el responsable soy yo! (Aplausos). A su edad es muy fácil de decir: al Congreso, compañero, es muy fácil, es muy sencillo. Pero para eso, tendría que estar yo fuera de la Presidencia. Yo tengo autoridad moral y esa es la que impongo. (Aplausos).

 

La fuerza del pueblo está en su unidad

El día en que el pueblo no entienda este lenguaje, el día que nos pese la responsabilidad, el día que yo me dejara arrastrar en una actitud demagógica, ese mismo día dejaría de ser un hombre a la altura de la responsabilidad que tengo, y dejaría de ser el compañero de ustedes. (Aplausos).

No. No van a ir al Congreso, ni hoy ni mañana ni pasado. No van a ir al Congreso. Porque yo no sólo se los pido, sino que se los exijo. (Aplausos).

¡Ah! Cómo les gustaría, internacional y nacionalmente, que fueran ustedes ahí y que el Cuerpo de Carabineros no los dejara pasar y que hubiera dificultades. ¡Ah! Cómo les gustaría decir que utilizamos los mismos medios. No usamos esos métodos. Estará el Cuerpo de Carabineros, porque el Congreso es un poder del Estado, pero no va a ser necesario usar la fuerza porque ustedes no van a ir. Porque ustedes tienen que entender, cómo les gustaría que mañana cientos o miles de chilenos apedrearan el Congreso, persiguieran algunos congresales para decir que aquí la autoridad está sobrepasada, que vivimos en un caos, y cómo internacionalmente sería una campaña contra Chile. (Aplausos).

No. No lo van a conseguir; la fuerza nuestra está en la combatividad consciente. La fuerza nuestra está en el nivel político, en la conciencia política. La fuerza nuestra está en la capacidad de organizar no a mil, cinco mil, diez mil o veinte mil personas, que pueden salir a la calle sino a millones de chilenos para que tengan conciencia de lo que representa la revolución de la cual somos actores.

¡La fuerza del Pueblo está y estará en su unidad combatiente, pero al servicio de Chile, respetando los compromisos contraídos por el Programa de la Unidad Popular, y respetando el compañero que han elegido como Presidente! (Aplausos).

Si llegara la hora, que no lo espero, que no lo deseo, que no la buscamos, si llegara la hora de que el pueblo asumiera otra actitud, el que lo llamará seré yo, asumiendo la responsabilidad histórica de ese hecho. (Aplausos).

 

Derecho al trabajo a todos los chilenos

Por eso, entendámonos, compañeros, aquí tiene que haber diáfana claridad, por eso les hablaba con bastante calma, muy serenamente, pero muy firmemente. Aquí hay conducción, aquí hay partidos que son la base del Gobierno, aquí hay normas jurídicas y constitucionales que debemos respetar, aquí debemos fortalecer en los hechos la voluntad revolucionaria, produciendo más, trabajando más, estudiando más, ampliando más el área social de la economía, profundizando la Reforma Agraria, haciendo más efectivo el crédito bancario, legislando para el pequeño y mediano agricultor, legislando para el mediano y pequeño industrial, asegurando a los funcionarios públicos, cualquiera que sea su ubicación, su carrera, dentro de los escalafones, pero al mismo tiempo, reclamando el derecho, como lo han tenido todos los gobiernos, para que en los cargos directivos superiores puedan estar funcionarios que representen la voluntad relacionadora del Gobierno. Pero, esos cargos de confianza del Presidente de la República son muy escasos, el resto de los funcionarios que tengan vocación de trabajo y que comprendan que serán respetados en función también de su honradez funcionaria, nada tiene que temer del Gobierno del pueblo, porque no queremos quitarle el derecho a comer a ningún chileno; al contrario, queremos que trabajen y coman todos. (Ovación).

En este momento, por ejemplo, frente a la promulgación de dos artículos, está suprimido el inciso en que se establecía la inamovilidad, ya vendrá mañana una campaña para decir que nosotros queremos hacer una razzia en la Administración Pública; no la vamos a hacer, lo digo y lo sostengo, sería injusto, arbitrario; no vamos a proceder como otros procedieron. El derecho al trabajo se lo reconocemos a todos los chilenos y queremos que todos los chilenos puedan ganarse la vida dignamente trabajando.

Por eso es que otra cosa es la política que va contra los monopolios, contra el latifundio, contra los banqueros, que va contra el capital foráneo que se ha apropiado de las riquezas.

Otra cosa es señalar ante la conciencia pública a los traficantes, a los gestores; otra cosa es aceptar la corrupción y la inmoralidad de ciertos sectores que el país ha conocido y tendrá que conocer, otra cosa es la moral que impondrá la voluntad consciente y revolucionaria del pueblo de Chile. (Aplausos).

Compañeros, parece que hacía tiempo que no nos veíamos, les iba a dar un saludo, y por último les... (gritos) ¿Un abrazo?

Bueno, compañeros, este año 72 será un año duro y difícil pero no nos dejemos arredrar. No tengan ustedes ninguna duda respecto a la estabilidad de este Gobierno, que se afianza en los pilares muy sólidos del derecho, la Constitución, de la conciencia, de la disciplina, de la disciplina de la Fuerzas Armadas y Carabineros y de la movilización activa, consciente, disciplinada y organizada del pueblo.

Pocas veces un gobernante ha tenido una misión más difícil que cumplir, pero, al mismo tiempo, pocas veces ha tenido la posibilidad de hacerlo, por el respaldo generoso, por la actitud de lealtad, por la fe y la convicción en sus propias fuerzas, de millones y millones de chilenos.

Les agradezco, compañeros, lo que hicieron el año 1971, lo que hicieron antes del 70, para poder llegar al Gobierno, y tengo la confianza de que contaremos siempre con ese espíritu que es la expresión de un anhelo de justicia, de trabajo, de cultura, de descanso y de recreación, que es la voluntad de un pueblo de romper las cadenas de la dependencia, que es la decisión de un pueblo de ser digno, independiente, soberano, dueño de su porvenir; es la voluntad de un pueblo que ha roto con el pasado para construir con sus manos el futuro, en donde el pan y la libertad lleguen a todos los hogares de los chilenos. (Aplausos).

Compañeros: gracias, gracias por la presencia de ustedes, que vienen una vez más a respaldar a su Gobierno; compañeros, gracias por la presencia de ustedes y compañeros, hago mío lo que tantas veces juntos gritáramos: un pueblo unido es invencible. ¡Venceremos! (Ovación).