Salvador Allende

Mineros del carbón, ejemplo de lucha. Discurso en el mineral de carbón de Lota 


Pronunciado: El 31 de diciembre de 1970.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 2 de febrero de 2016.


He venido hasta aquí a decirles a ustedes, compañeros y compañeras del carbón, a quienes llevo inscritos en mi conciencia y en mi corazón, porque tantas veces vine aquí no sólo en campanas parlamentarias o presidenciales -vine tantas veces en mi vida-, y porque siempre encontré el espíritu combatiente en ustedes, la fe sacrificada de ustedes donde vitalicé mi convicción y mi fe en el pueblo; por eso ahora he venido con profunda satisfacción a decirles que el carbón es del pueblo de Chile.

Pensamos que este paso es trascendental no sólo para los trabajadores de esta zona, para esta provincia, sino para Chile entero. ¡Desde hoy la Carbonífera Lota-Schwager pasa a ser una empresa del Área Social de la propiedad, vale decir, una empresa del pueblo de Chile!

Este paso tiene una doble significación: representa el cumplimiento del Programa de la Unidad Popular, que nosotros vamos decididamente a convertir en realidad. No se trata en esta ocasión de hacer un resumen de la labor realizada en el Gobierno del cual nosotros, a diferencia de otros, lo que ofrecimos durante la campaña presidencial lo vamos a cumplir.

Por eso el carbón se agrega al cobre y a los bancos. Anoche anuncié al país que bajaríamos de inmediato el interés del crédito bancario en un porcentaje cercano al 25 por ciento. Además, en algunos rubros especiales, éste será rebajado aun en un porcentaje más alto. Queremos dar crédito orientado a los diversos sectores de la producción que nos interesa. Lo vamos a descentralizar, porque el 70 por ciento del crédito ha estado concentrado en Santiago, y porque, además, el 1, 3 de los beneficiarios acapararon más del 46 por ciento del crédito nacional, para llevarlo en un porcentaje alto a las provincias, y para que esta palanca de ayuda al progreso, al trabajo, al comercio, a la producción, pueda servir a las más amplias capas sociales, y no sea un recurso sólo en la mano de un sector pequeño y privilegiado. Por ello junto con señalar estas medidas le he dicho al país que enviaremos la semana próxima un proyecto para estatizar los bancos. Mientras tanto, inspectores nuestros estarán presentes en la intimidad bancaria para evitar cualquier dificultad en el campo financiero. Además, hemos dado opción a los accionistas privados para que nos vendan sus acciones y de esta manera muy en especial podamos defender a los pequeños accionistas de los bancos privados. Aquí en la zona, lo ha recordado el Compañero Presidente del Sindicato, ya dimos un paso decisivo frente a una industria textil de la importancia de Bellavista Tomé. También hemos dado un paso significativo para la economía nacional y para la región al adquirir para el Estado chileno las acciones que estaban en manos de los sectores privados de la Compañía de Acero del Pacífico. Por lo tanto, paños, carbón y acero de esta zona son del pueblo.

Debo agregar que se están dando los pasos necesarios para acelerar la Reforma Agraria, las dificultades creadas en algunas provincias obedecen a razones económico-sociales. Asimismo, a factores inclusive que tienen su origen, como en el caso de Cautín, en la situación dramática en que vive el pueblo mapuche. Estas dificultades han sido, por otra parte, motivo de aprovechamiento por alguna gente que irresponsablemente ha procedido a realizar “tomas” arbitrarias que están creando tropiezos: está también la actitud de un sector patronal que no quiere reconocer que la historia no se detiene. Frente a unos y a otros hemos procedido con tranquilidad, pero con firmeza. En manos de la justicia en Cautín están entregados aquellos que no quieren entender que será el Gobierno el que aplique la Reforma Agraria.

Lamentablemente algunos quieren precipitarse, y, por lo tanto, crean dificultades; están aquellos otros que han tenido la osadía de recuperar sus terrenos con las armas en la mano, hiriendo a campesinos. Será la Ley la que implacablemente determine la responsabilidad de unos y otros, pero el Gobierno mantendrá la calma.

Una significación especial tiene para ustedes, compañeros del carbón, el paso dado por el Gobierno, ya que ello les abre las posibilidades de una vida distinta, las seguridades de empleo y un avance en sus propias vidas en el sentido de elevar las condiciones materiales, la expectativa de abrir caminos en el ancho horizonte espiritual de ustedes, que durante tantos años han vivido no sólo en la oscuridad de los piques, sino en la oscuridad del drama cotidiano lindante con la miseria, por los salarios bajos, por la cesantía, por la falta adecuada de condiciones de vida.

¿Cuál era hasta ayer la situación de la Compañía Lota-Schwager? Estábamos frente a una empresa agonizante, con insuficiente capital de trabajo, con incapacidad financiera de desarrollo, con una acumulación de deudas cada día mayor, con disminución de los niveles de producción y productividad, en suma, una riqueza de nuestro subsuelo que iba y va perdiendo su lugar en el desarrollo económico del país. Ello significa y significó incertidumbre y desesperanza para 15 mil familias de trabajadores chilenos. ¿Qué perspectivas se abren para mañana? A partir de la estatización podremos asignar nuevos recursos para trabajar y desarrollar las minas. Vamos a definir una política nacional de energía, en la que el abastecimiento del carbón tiene que desempeñar un papel trascendental. Vamos a consolidar las bases para la seguridad y pura el mejoramiento de las condiciones de vida de la población que depende de esta actividad. Quiero decir desde aquí, ya que me están escuchando también los que viven en la postergada y negada provincia de Arauco, quiero afirmar definitivamente que será una preocupación para nosotros impostergable, no sólo encarar la situación de la producción carbonífera en esa provincia, sino que trazar un plan global que implique para Arauco romper con el retraso, y que asimismo, se incorpore al nivel que han alcanzado otras provincias de Chile. Desde aquí saludo a los habitantes de la provincia de Arauco, a sus trabajadores heroicos, y les expreso que en mi conciencia y en mi memoria está presente la obligación del Gobierno de cumplir con esta provincia.

Hemos dicho que será norma nuestra informar al pueblo de cada uno de sus actos. No ocultaremos nuestros errores porque indiscutiblemente todo Gobierno los comete. Con un sentido autocrítico lo haremos presente, para que el pueblo comprenda, también, que en los hechos exitosos como en los errores a cada hombre y a cada mujer del pueblo le cabe una gran porción de responsabilidad. He venido, por lo tanto, a explicar públicamente lo que se ha realizado. A través de La Corporación de Fomento se ha hecho una negociación directa con la Compañía. Esto significa un arreglo por el cual pasan a poder de la CORFO, a corto plazo, la mayoría de las acciones, y a más largo plazo la totalidad de ellas. En esta negociación el Gobierno o desembolsa un solo centavo. La Compañía recibe una parte pequeña de sus activos no vinculados con la producción; el Gobierno se hace cargo de las deudas de esta Compañía y, con parte del activo que queda en poder de la empresa, se va a desarrollar una Industria o Empresa Turística, en la cual también tenemos interés el Estado. Mientras se concretan las operaciones financieras nos haremos cargo de inmediato de la administración de la Empresa. El Presidente, el vicepresidente, el gerente general y los cargos directivos serán designados de inmediato por el Gobierno Popular. Es mi decisión que estos cargos sean desempeñados por compañeros que viven en esta provincia, y que puestos claves de comando sea n puestos en manos de los trabajadores de esta empresa.

Quiero recalcar que este paso no interesa sólo a la zona y o los trabajadores del carbón.

Interesa a todo Chile y a todos los trabajadores del país. La razón es fácil de entender: el carbón sigue teniendo un carácter estratégico para el funcionamiento de la economía nacional. Este año ha habido una dificultad mundial para el abastecimiento de petróleo -sobre todo de fletes- para este producto, como consecuencia de los problemas políticos ocurridos en el Medio Oriente. A lo anterior se ha agregado una escasez aguda de carbón en Estados Unidos, país que era exportador de este producto; por lo tanto, enfrentamos dificultades para importar productos energéticos que aseguren nuestro abastecimiento interno. A este respecto, quiero señalar que el Gobierno anterior había contraído un compromiso para que se construyera en España, un barco de 165 mil toneladas, y de un costo de entre 26 y 28 millones de dólares, para traer petróleo. Mi Gobierno ha estimado no satisfactorias las bases del contrato, y, más que eso, ha estimado lesivos para el interés nacional los acuerdos a que se había llegado. Como a nuestro juicio, y también de la Contraloría General de la República, hay reparos que formular, he resuelto que esa operación no se materialice, y, por lo tanto, creo que estamos -y no lo dudamos- defendiendo el interés nacional.

Volviendo al problema que comentamos, para 1971 se prevé un déficit de combustible para la generación termoeléctrica derivado del crecimiento del consumo de electricidad. Era, por lo tanto, indispensable la estatización del carbón para enfrentar este déficit, y aquí está nuestra primera tarea, la primera responsabilidad que desde hoy asumen los trabajadores del carbón: es indispensable para el país que las minas de Lota y Schwager aumenten su producción, pasando del nivel actual de 3.800 toneladas diarias a un nivel promedio durante 1971, no inferior a las 4.700 toneladas diarias. Este aumento de la producción hay que lograrlo a través del gran esfuerzo para aumentar la productividad. El carbón chileno es actualmente muy caro en comparación con los precios internacionales. En gran medida ello se debe a la dificultad natural de la explotación de nuestros yacimientos, por tratarse de vetas de poca potencia, cruzadas por numerosas fallas y situadas a gran distancia del punto de extracción. Pero esta productividad reducida, aun consideradas las adversas condiciones naturales de las minas, podemos corregirla gracias al empeño de los trabajadores y la capacidad de los técnicos, A ustedes, compañeros del carbón corresponde terminar con esta situación, proponer e implantar una mejor organización, métodos de trabajo más eficientes, capacitación personal y colectiva para cumplir esta responsabilidad. Yo lo he dicho a lo largo de muchos años y lo reiteré insistentemente en la campaña presidencial: los pueblos sólo progresan trabajando más y produciendo más. Pero es muy distinto trabajar y producir, como ha sido la norma de nuestro país y como es la consecuencia del régimen capitalista, para unos pocos, que producir y trabajar más para el progreso de todos los chilenos. Por eso, debo reiterar a ustedes que ahí están esperando las necesidades de una nueva economía popular que estamos forjando; las mayores necesidades de energía termoeléctrica, la expansión de la siderurgia que ahora aceleramos, convertida también la Compañía de Acero del Pacífico en la empresa del área de propiedad social. Enfrentamos estas necesidades cumpliendo la segunda gran tarea, la de aumentar rápidamente la productividad. Debo, por lo tanto, insistir en la responsabilidad que todos tenemos, en la confianza que el Gobierno deposita en los rudos trabajadores del carbón, en la confianza que entregamos a los técnicos y a los empleados que aquí laboran. A los técnicos de esta empresa les hago un llamado patriótico para que sigan colaborando.

Ahora lo harán por Chile y los chilenos; ayer lo hacían por una empresa particular. Si no hubiéramos dado este paso, si no contáramos con la participación activa de los trabajadores para asegurar su éxito, tendríamos por delante serias dificultades. No estaríamos asegurando abastecimientos esenciales para el país y se irían aumentando los costos de operación que obligarían a crecientes subvenciones estatales o perjudicarían a toda la población por su efecto sobre los precios del gas, de la electricidad, de los materiales de construcción y de muchos bienes esenciales de consumo. Por lo tanto, hemos cumplido con un punto fundamental del Programa, y al hacerlo defendemos el porvenir de Chile y los intereses de los trabajadores de todo el país, y por cierto que afianzamos, como he dicho, la seguridad en el trabajo, en la elevación de los niveles materiales y espirituales de existencia de ustedes, queridas compañeras y estimados compañeros del carbón: quiero expresarles que para mí es profundamente satisfactorio decirles, a quienes tanto debo, que he venido a ratificar todo lo que dijéramos en la campaña y esto ha sido lo que esencialmente nos ha traído hasta aquí.

Pero hoy, 31 de diciembre, en esta noche y de acuerdo con la tradición, se enciende una esperanza en los hogares de todos ustedes, compañeros del carbón. He querido en esta oportunidad saludar y desear un año distinto y mejor a los chilenos: hacerlo desde aquí, desde esta región, desde esta zona tan postergada y tan negada. Aquí, donde tantas veces supe del poder injusto que reinaba para el hombre y la mujer del carbón, aquí donde aún desde esta tribuna veo niños descalzos. Desde aquí puedo saludar a todos los chilenos para desearles un año distinto, para decirles que tenemos que comenzar una gran tarea, una gran tarea nacional, y hacer de Chile un país libre, un país que con tremendo esfuerzo de trabajo forme la Patria para decirle al pueblo que tengo confianza que en 1971 seamos los chilenos capaces de cumplir la gran tarea histórica de hacer de nuestro país una Patria independiente en lo económico y auténticamente soberana en lo político.

Desde aquí, saludo con cariño y emoción a los trabajadores de esta Patria. Vaya mi palabra a los que están en la montaña, en los faldeos cordilleranos o en el litoral; los que viven en la estepa austral o en los grandes campos de estas regiones, centro sureño, vaya nuestra palabra para el hombre de empresa, de industria y de comercio, para el obrero público, para el trabajador fiscal, para el empleado, que desarrollan una actividad en nuestra Patria. Vayan nuestras palabras de saludo y de esperanza para los profesionales y los técnicos, para todos aquellos que coloquen su esfuerzo y capacidad al servicio de la gran causa común en la tierra que hemos nacido, y quiero por sobre todo dirigirme a las mujeres, a las compañeras, a la familia, a ellas, a quienes antes tanto se les dijo en contra nuestra; quiero señalarles que nuestra gran preocupación, nuestro gran anhelo, nuestra ansia es hacer que la mujer se incorpore a los niveles del trabajo, de la cultura, de la capacidad para hacer posible el aprovechamiento, precisamente, de esta capacidad, y ponerla también al servicio de la Patria, y en ella saludo para el futuro mejor a lo mejor que tiene Chile, que son los hijos, los hijos del pueblo.

Expreso mi reconocimiento a la actitud ejemplar de las Fuerzas Armadas y de Carabineros, que constituyen cimientos demostrativos de lo que es el acatamiento irrestricto a las disposiciones de la Constitución y de la Ley y a la voluntad mayoritaria del pueblo, expresada en las urnas; por eso, por lo que hemos vivido, por la actitud de emoción creadora, por la fe renovada que brota a lo largo de Chile, en su dilatada e irregular geografía, yo quiero como Presidente decirles que tengo fe y confianza en que derrotaremos la intriga internacional, que ha querido desfigurar lo que somos, y que derrotaremos definitivamente la intriga nacional, que ha querido desfigurar lo que somos, y que derrotaremos definitivamente la intriga nacional de aquellos que no comprenden que no se puede atrasar el avance de los pueblos, que no se detienen con diques de represión las mareas de la historia, que entiendan y que comprendan que nosotros en la Unidad Popular hemos encontrado el cauce para dar forma a los anhelos justos del hombre y de la mujer de Chile, que no somos ni creemos jamás represas para contener las ansias de justicia, pero que no nos confundiremos jamás con la voz y la actitud de los demagogos.

Somos el Gobierno del pueblo, somos el pueblo hecho Gobierno, e iremos jalonando el progreso con la bandera de sacrificio para que la bandera de la Patria izada en el mástil de la historia flamee en señal de triunfo: que en Chile hemos encontrado una solución chilena para los problemas de Chile.